Mientras amor con deleitoso engaño

Mientras amor con deleitoso engaño
de Hernando de Acuña


 Mientras amor con deleitoso engaño   
 daba color a la esperanza mía,   
 el seso, lo mejor que él entendía,   
 declarar procuró mi mal extraño.   
 

 Pero ya que llegar a ser tamaño  
 le vio, y que iba creciendo cada día,   
 dejó la menos necesaria vía   
 por más considerar el propio daño.   
 

 Desde allí, va en silencio y noche oscura,   
 con mil acuerdos de mi bien pasado  
 y del presente mal, paso mi vida,   
 

 que en tal extremo está de desventura,   
 que, si hay firmeza en miserable estado,   
 ni puedo ya subir ni dar caída.