Mensaje semanal de Barack Obama del 2 de septiembre de 2016


<< Discurso pronunciado por Barack Obama


WASHINGTON,DC – En su mensaje semanal, el Presidente Obama conmemoró el Día del Trabajo, poniendo de relieve el progreso económico que hemos hecho a lo largo de su administración. Durante los últimos siete años y medio, hemos rescatado a nuestra economía de otra depresión, reducir nuestra tasa de desempleo a la mitad, y hemos creado la cadena de crecimiento de empleo más larga en la historia. El Presidente dijo que, si bien el país ha logrado avances significativos, todavía hay trabajo por hacer en los años venideros. Enfatizo que a pesar de ser una temporada política bulliciosa, no hay que perder de vista las políticas que ayudarán a las familias trabajadoras a progresar. El Presidente Obama dijo que si vamos a restaurar el sentido de que el trabajo duro es recompensado con una oportunidad justa para salir adelante, hay que construir sobre el legado de los que vinieron antes de nosotros - que significa hacer uso de nuestros derechos de expresarnos en el lugar de trabajo, de afiliarnos a un sindicato, y sobre todo, de votar.


MENSAJE SEMANAL

Basándose en el Legado del Día del Trabajo

La Casa Blanca

3 de septiembre de 2016


Hola a todos. Antes de que enciendan sus parillas para celebrar el fin de semana largo, quiero hablarles un poco sobre la razón por la que podemos celebrar el Día del Trabajo. Es el día en que el movimiento laboral ayudó a construir nuestro país y nuestra clase media.

Por generaciones, cada vez que cambiaba la economía, los trabajadores estadounidenses desfilaron, se organizaron y crearon sindicatos para exigir no solo un salario mejor para sí mismos, sino también mejores condiciones y más seguridad para la gente que trabajaba a su lado también. Los esfuerzos que realizaron son el motivo por el cual ahora disfrutamos de cosas como el horario semanal de 40 horas, el pago de las horas extra y un salario mínimo. Los esfuerzos que realizaron son el motivo por el cual ahora podemos contar con el seguro de salud, el Seguro Social, el Medicare y los planes de jubilación.

Todo ese progreso lleva el sello de los sindicatos. Todo ese progreso se motivó de un pensamiento sencillo: que nuestra economía funciona mejor cuando funciona para todos.

Ese es el espíritu que ha hecho el progreso posible en estos últimos siete años y medio. Hemos rescatado nuestra economía de otra depresión, hemos reducido la tasa de desempleo a la mitad y hemos creado la cadena de crecimiento de empleo más larga en la historia. Y nos hemos concentrado en asegurarnos de que los pasos logrados en la economía creciente no alcancen solo a unos pocos, sino a todos.

Esa es la razón por la que ayudamos a que millones de trabajadores finalmente cobren el pago de las horas extra que se habían ganado. Es la razón por la que pedí aumentar el salario mínimo, y cuando el Congreso no hizo caso a ese llamado, 18 estados y el Distrito de Columbia, más otras 51 ciudades y condados siguieron adelante y les aumentaron el sueldo a sus trabajadores. Esa es la razón por la que el primer proyecto de ley que firmé fue la Ley Lilly Ledbetter de Pago Igualitario; y por la que dimos días de enfermedad pagados a contratistas federales; y por la que hemos luchado por la seguridad de los trabajadores y su derecho a organizarse.

Y hemos avanzado bastante. Durante algunos años después de la recesión, el uno por ciento de la sociedad fue el que recibió casi todos los beneficios en cuanto a los ingresos. Pero ahora reducimos la cifra a casi la mitad. El año pasado, los ingresos para todos los demás crecieron al ritmo más rápido que se ha visto desde los años 90. Y otros 20 millones de estadounidenses conocen la garantía financiera que significa tener seguro de salud.

Seré el primero en decir que tenemos más trabajo por hacer en los próximos años. Ahora, sé que estamos en una temporada política bulliciosa y más escandalosa de lo habitual. Pero no podemos distraernos mucho por los escándalos políticos de manera que nos hagan perder de vista las políticas que ayudarán a las familias trabajadoras a progresar. Porque la verdad es que eso es lo que ha provocado parte de la frustración que existe en nuestra política ahora mismo: demasiada gente trabajadora que se ha quedado rezagada en una economía que está constantemente cambiando.

Por eso, como país, tenemos que tomar algunas decisiones. ¿Queremos ser un país en el que la mujer que trabaja una jornada completa gane 79 centavos por cada dólar que gana un hombre, o uno en el que ambos ganan lo mismo por el mismo trabajo? ¿Queremos un futuro en el que aumenta la desigualdad a medida que disminuye la participación en los sindicatos, o uno en el que los sueldos aumentan para todos y los trabajadores pueden opinar en cuanto a sus perspectivas? ¿Somos un pueblo que solo habla de valores familiares mientras que sigue siendo la única nación desarrollada que no ofrece a sus trabajadores una licencia por maternidad pagada, o somos un pueblo que en realidad valora las familias y hace de la licencia familiar pagada una prioridad económica para los padres que trabajan?

Esas son algunas de las decisiones que tenemos que tomar. Y si vamos a reestablecer el sentido de que el trabajo duro se recompensa con una oportunidad justa para prosperar, vamos a tener que seguir el paso de todos aquellos que nos precedieron. Eso significa alzarnos no solo por nosotros mismos, sino también por el padre que marca su entrada al trabajo en la fábrica, el empleado de ventas que trabaja largas e impredecibles horas, o la madre que viaja en autobús para ir a trabajar al otro lado de la ciudad, incluso el Día del Trabajo. Gente que trabaja tan duro como nosotros. Y eso significa hacer uso de nuestros derechos de expresarnos en el lugar de trabajo, de afiliarnos a un sindicato, y sobre todo, de votar.

Ese es el legado que celebramos en el Día del Trabajo. Y estoy seguro de que es el legado en el que nos basaremos en los años venideros.

Gracias a todos. Feliz Día del Trabajo. Que disfruten del fin de semana largo.


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