Menosprecio de corte y alabanza de aldea
En 1480, o, si aceptamos otra confesión suya, en 1475, nació fray Antonio de Guevara en Treceño, lugar de las Asturias de Santillana, de noble y rancia familia montañesa. A los doce años le llevó su padre a la Corte de los Reyes Católicos, donde creció y se educó en compañía del principe don Juan y otros jóvenes nobles; alli se hizo un perfecto cortesano, ducho en toda clase de gentilezas y galanterias, sin más cuidados ni preocupaciones, según él mismo escribe, que eruar calles, ojear ventanas, escribir carias, requestar damas, hacer promesas y enviar ofertas y aun dar muchas dádivass.
La muerte del principe don Juan y la de la reina Isabel produjeron en el ánimo de Guevara tal impresión que, abandonando las vanidades cortesanas, se hizo religioso franciscano. Pronto adquirió fama de gran predicador y hombre erudito e ingenioso, y a esto, unido el lustre e influjo de su familia, debió el ser nombrado cronista y predicador de Carlos V antes de 1521. Intervino en los acontecimientos del levantamiento de las Comunidades castellanas, significándose siempre en favor de los gobernadores y defendiendo la politica de su imperial señor. En pago de sus servicios se le dió, en 1523, una plaza en el Consejo de la Inquisición de Toledo; después desempeñó el cargo de inquisidor en Valencia y en Granada, y en 1528 se le preconizó obispo de Guadix, de cuya sede tomó posesión canónica al año siguiente.
Como con la posesión de la mitra no perdió la de ninguno de sus cargos, acompañó a Carlos V en la jornada de Túnez, y luego pasó con él a Italia, visitando y admirando sus mejores ciudades.
Trasladado de la diócesis de Guadix a la de Mondoñedo, sólo a temporadas residia en ella. En esta población gallega, y en la madrugada del 3 de abril de 1545, dejó de existir.
Las producciones de Guevara alcanzaron gran boga no sólo en España, sino en todos los circulos literarios y cortesanos de Europa. Su Marco Aurelio y su Relox de Príncipes (reunidas luego en una sola obra), sus Epístolas familiares y su MENOSPRECIO DE CORTE Y ALABANZA DE ALDEA fueron muy leidos y celebrados. Hoy tal vez parezca injustificada esta nombradla; sin embargo, es muy explicable si tenemos en cuenta que Guevara, dotado de un espiritu vivo y sutil y de una fantasia amenisima, supo, desarrollar en una forma brillante y lozana, en un estilo muy artificioso, pero también agudo y sabrosísimo, los lugares comunes morales, materia tan grata a sus contemporáneos. Para adorno o pretexto de sus disertaciones morales buscó apoyo en la historia de la antigüedad; pero, faltándole el santo respeto a la verdad de las cosas pasadas, cambió o inventó lo que le pareció, y sus libros están llenos de citas falsas, de autores imaginarios, de personajes fabulosos, de leyes apócrifas, de anécdotas de pura invención y de embrollos cronológicos y geográficos que pasman y confunden. Este pirronismo histórico de Guevara provocó la indignación de algunos humanistas; pero él se burló con desenfado de sus censuras. Para Guevara lo de menos era la erudición, y lo principal la elegancia y pulidez de la forma con que exponia su experiencia mundana.
El MENOSPRECIO DE CORTE Y ALABANZA DE ALDEA, libro que, según confesión propia, trabajó con gran esmero, es una larga antitesis entre el vivir cortesano y el vivir aldeano, tema muy preferido de la época. Ambas formas de vida, pintadas minuciosamente, se contraponen y se afrontan sinceramente bajo el solo influjo de contrarias exclamaciones de afecto o de conmiseración respectiva. Todo es un poco banal, pero ingenioso y agradable.
La primera edición del MENOSPRECIO es de 1539.
Hay una edición anotada por Matias Martinez de Burgos en la colección de Clásicos Castellanos, publicada por La Lectura, año 1915. Sobre Guevara es interesante el estudio que le dedica Menéndez y Pelayo en el tomo I de los Origenes de la novela.
Seguimos la edición de 1539. En punto a ortografia téngase presente que conservamos todas las grafías que entonces representaban algún valor fonético o etimológico. Así, el lector hallará palabras con v en lugar de la b de la ortografia actual; ç por z, z por c, y se por c, etc.
ÍNDICE
Páginas.
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Comiença el prólogo del auctor, dirigido al Serenissimo Rey de Portugal, en el qual pone muchas buenas doctrinas y toca muy notables historias......................................................................................................................................................................................................... | 9 |
Comiença el libro llamado Menosprecio de corte, dirigido al muy alto y muy poderoso señor el rey de Portugal don Juan tercero deste nombre, compuesto por el ilustre señor don Antonio de Guevara, Obispo de Mondoñedo, Predicador y Cronista y del Consejo de su Magestad......................................................................................................................................................................................................... | 23 |
Capítulo primero. Do el auctor prueva que ningún cortesano se puede quexar sino de sí mismo......................................................................................................................................................................................................... | 25 |
Capítulo II. Que nadie deve aconsejar a nadie se vaya a la corte o se ealga de la corte, sino que cada uno elija el estado que quisiere......................................................................................................................................................................................................... | 34 |
Capítulo III. Que no conviene al cortesano dexar la corte porque esté desfavoreacido, sino por pensar que fuera de allí será más virtuoso......................................................................................................................................................................................................... | 42 |
Capítulo IV. De la vida que ha de hazer el cortesano en an casa después que uviere dexado la corte......................................................................................................................................................................................................... | 50 |
Capítulo V. Que la vida de la aldea es más quieta y más privilegiada que la vida de la corte......................................................................................................................................................................................................... | 61 |
Capítulo VI. Que en el aldes son los días más largos y más claros y los bastimentos más baratos......................................................................................................................................................................................................... | 69 |
Capítulo VII, que en el aldea son los hombres más virtuosos y menos viciosos que en las cortes de los principes......................................................................................................................................................................................................... | 76 |
Capítulo VIII. Que en las cortes de los principes tienen por estilo hablar de Dios y bivir del mundo......................................................................................................................................................................................................... | 83 |
Capítulo IX. Que en las cortes de los principes son muy pocos los que medran y muy muchos los que se pierden......................................................................................................................................................................................................... | 88 |
Capítulo X. Que en las cortes de los principes ninguno puede bivir ein afeccionarse a unoe y apassionarse con otros......................................................................................................................................................................................................... | 93 |
Capítulo XI. Que en las cortes de los principes son tenidos en mucho los cortesanos recogidos y muy notados los dissolutos......................................................................................................................................................................................................... | 98 |
Capítulo XII. Que en las cortes de los principes todos dizen haremos, y ninguno dize chagamos......................................................................................................................................................................................................... | 109 |
Capítulo XIII. De quán poquitos son los buenos que ay en las cortes y en las grandes repúblicas......................................................................................................................................................................................................... | 117 |
Capítulo XIV. De muchos trabajos que ay en las cortes de los reyes y que ay muchos aldeanos mejores que cortesanos......................................................................................................................................................................................................... | 122 |
Capítulo XV. Que entre los cortesanos no se guarda amistad ni lealtad y de quán trabajosa es la corte......................................................................................................................................................................................................... | 129 |
Capítulo XVI. De quánto mejor corregidas solían estar las cortes y repúblicas antiguas que lo están agora las nuestras......................................................................................................................................................................................................... | 133 |
Capítulo XVII. De muchos y muy ilustres varones que de su voluntad y no por necessidad dexaron las cortes y se retraxeron a sus casas......................................................................................................................................................................................................... | 140 |
Capítulo XVIII. Do el auctor, con delicadas palabras y ra. zones muy lastimosas, llora los muchos años que en la corte perdió......................................................................................................................................................................................................... | 149 |
Capítulo XIX. Do el auctor cuenta las virtudes que en la corte perdió y las malas costumbres que allí cobró......................................................................................................................................................................................................... | 155 |
Capítulo XX. De cómo el auctor se despide del mundo con muy delicadas palabras. Es capítulo muy notable......................................................................................................................................................................................................... | 160 |