Memorias de la Real Academia de la Historia/Tomo I/Prólogo

Nota: Se respeta la ortografía original de la época

PROLOGO.


Deseosa la Academia de desempeñar las obligaciones de su instituto , empezó muy desde los principios de su fundacion á fiar al zelo privado de algunos individuos la averiguación de aquellos juntos , que for mas controvertidos , hadan mas dificil el conocimiento de los verdaderos orígenes de nuestra nacion , de sus particulares usos , y de la situacion puntual de sus antiguas ciudades , sin cuya certeza no se podia fixar su correspondencia con las modernas , para fundar una geografía esenta de disputas.

Publicó la Academia en los primeros años de su establecimiento alguna de estas Disertaciones con una sucinta noticia de sus trabajos , y de los individuos que la componian , á que dió el título de Fastos. Pero , mas circunspecta á proporcion que iva adquiriendo mas conocimientos , se llenó de desconfianza ; y con una prudente reserva , contentóse por mucho tiempo con trabajar en el silencio , hasta que sus frutos adquiriesen cierto grado de madurez que los pusiese á cubierto de la crítica de los des contentadizos.

Creyó por los años de 1762 que uno de los puntos que debian ocupar su atencion y era el averiguar la patria de donde habia salido aquella nacion que dominó á la España el espacio de tres siglos , mudando su antigua faz , al principio con las armas, y despues con nuevas leyes : era ésta la de los Godos. Confió la Academia este trabajo á varios individuos , cuyo sólido juicio é instruccion , conocida por muchos títulos , le hacian esperar el desempeño. Suscitáronse disputas sobre la investigacion de este dificil punto entre Don Ignacio Luzán y Don Martin de Ulloa ; y la Academia halló tan dignas de aprecio las memorias del uno y del otro , que juzgó no debia defraudar al público de la lectura de unas obras en que se halla recogido quanto han dicho los autores coetáneos , ó los poco distantes á la entrada de esta nacion en occidente , y quanto los modernos del norte han trabajado sobre las opiniones de aquellos para llevarse cada uno á su patria los ascendientes de esta gente guerrera.

Adoptaba el primero la opinion de los autores septentrionales , que pretenden hacer á esta nacion originaria de las últimas regiones del norte y del occidente , esto es , de la Escandinávia ; y el segundo , tomando este origen de mas atrás , se empeñaba en fixarlo en los vastos dominios de la Scíthia , y en aquella parte del Asia , contenida entre el mar Cáspio y el Glacial , y en donde los nombres de Jog y Magog , conservados por muy largos años , y desde la remota dispersion de las gentes , ofrecen una verosímil conjetura de haber venido de allí el de Godos.

Iguales disputas á las que se hablan movido entre los Señores Luzán y Ulloa , fueron las que se suscitaron entre estos mismos Académicos y su compañero D. Francisco Manuel de la Huerta , que habia emprendido demostrar que el fundador de la Monarquía de estos conquistadores en España habia sido , no Ataulfo , como generalmente está recibido ; sino Teodoríco II , como lo sospecha Morales ; ó Euríco su hermano , que adelantó sus conquistas en esta península , y quedó pacífico poseedor de casi toda ella ; á cuya opinion y aunque parece se inclinaba el Señor Huerta , no por eso dexaba de sujetar su juicio al de la Academia.

Empeñábase , por el contrario , el Señor Luzán en sostener la posesion en que se hallaba Ataulfo y fundandose principalmente en la cesion que hizo Honorio de las Gálias y la España á Alaríco , en la que Ataulfo habia hecho de la Italia á su cuñado Honorio , reteniendo al mismo tiempo las primeras dos provincias ; y en haber establecido la silla de su nuevo imperio , primero en la Aquitánia , y luego en Barcelona : opinion que amplió y sostuvo Ulloa con mayor número de pruebas y copia de autoridades.

Habíanse repetido , casi al mismo tiempo , las sabias providencias del Gobierno contra la bárbara costumbre de los duelos ; y como por otra parte se creia que estos combates singulares habian tenido origen entre las mismas naciones septentrionales de que se trataba en las referidas Memorias , juzgó igualmente la Academia que era esta ocasion oportuna para repetir la impresion de una Disertacion que sobre el propio asunto habia trabajado D. Martin de Ulloa y la qual, aunque impresa en sus Fastos, ya se habia hecho rara.

No contenta la Academia con estas tres Disertaciones y en que ofrecia al público una muestra de lo que iva trabajando para desempeñar uno de los principales ramos de su instituto , quiso hacerlo en los accesorios ; y para ello , de la gran coleccion lithológica ó lapidaria que posee , entresacó una Memoria, leida por Don Ignacio Hermosilla, sobre las ruinas descubiertas en Talavera la Vieja , la qual , aunque por ellas se conocia haber sido en lo antiguo pueblo muy célebre , se hallaba en estos últimos tiempos casi del todo desconocido. La exâctitud con que dexó descritas sus ruinas , acreditan en gran manera y no solo el talento crítico del Señor Hermosilla, sino su inteligencia en las bellas artes , que le excitó , despues de la impresion de su Memoria , nuevas y juiciosas desconfianzas , obligandole á repetir en el año 1774 el viage que en 1762 habia hecho á Talavera la Vieja , con solo el objeto de rectificar , auxîliado de un acreditado profesor , los dibuxos que habia recogido antes de mano de un mero aficionado.

Ahora que , aumentada la Academia con mayor niimero de individuos , y distribuidos metódicamente sus trabajos , se lisonjea de ver completados en breve sus principales objetos ; ha creido ya preciso comunicar al público , mejoradas en lo material de la impresion , estas producciones de tan laboriosos Académicos , pero sin haberse permitido tocarlas en su contexto , por no alterar en la menor parte los pensamientos de aquellos doctos literatos , á quienes no solo debe el Cuerpo su exîstencia , sino en sus escogidos trabajos gran parte de los materiales para las obras que medita. Este justo y respetuoso miramiento debe disculparla con el público , si acaso advirtiese en dichas Disertaciones algunos descuidos , y menos correccion en el estilo de la que ahora podria esperar. Los tiempos han variado , y el largo discurso de medio siglo es muy poderoso para descubrir nuevos documentos , capaces de hacer mudar las opiniones , y tambien las ideas. No obstante la Academia , guiada por la justicia y la gratitud , ha creido que debia hoy , ahogando todo impulso y respeto de amor propio , honrar los nombres y los trabajos de sus mayores y sin abochornarse de que se conozcan sus principios. Tales los ofrece al público en este primer tomo de sus Memorias , sin nuevos atavios que hagan desconocer la mano de sus autores.