Memorias de apariencias/Los espejos de Ruth


Memorias de las apariencias que se han de hacer en los carros para la representación de las fiestas del Santísimo Sacramento este año de 1663 en el auto intitulado


Las espigas de Ruth.


Primeramente el primer carro ha de ser una fábrica pintada, campañas con varios ejercicios de labranza, como son arar, sembrar, segar y coger los frutos, llena toda de haces de trigo. Esta se ha de mover toda en su segundo cuerpo en una devanadera a dos haces, de suerte que abierta una vez la mitad, se vea su pintura en la misma conformidad por de dentro que por de fuera, y en ella algunas personas que puedan salir y entrar teniendo su escutillón en el intermedio de las dos mitades. A su tiempo ha de dar vuelta, y haciendo cara la que fue la espalda, se ha de abrir también y verse en ella fábrica de pintura con otras dos personas; y esta segunda vez que se abra, se advierte que se ha de abrir también con ella la mitad que se abrió primero, de suerte que descubiertas ambas apariencias puedan dar una y más vueltas viéndose la una y la otra.

El segundo carro ha de ser fábrica de templo hermoseada de columnas y bronces con sus capiteles y remates. Ha de tener el mismo movimiento y las mismas divisiones conforme en todo al primero, con esta diferencia, que la primera fachada que se abra ha de tener un peñasco con un sacrificio de espigas de trigo y lugar para dos personas, y a su tiempo se ha de encender saliendo de entre las espigas llamas y humo. El respaldo deste carro se dirá con tiempo lo que ha de ser. Ha de hacer lo mismo en cuanto a abrirse primera y segunda vez, y dar vuelta con todo descubierto.

El tercer carro ha de ser en todo igual a este segundo, y solo ha de diferenciarse en que la primer vez que se abra se vea un altar con unos panes y a sus lados dos redomas de vino. El respaldo deste carro ha de ser un jardín y en medio una fuente de taza redonda, lo más capaz que pueda ser en el espacio, en cuyo remate ha de estar un niño y dar sus vueltas, abierto todo como los pasados.

El cuarto, correspondiente al primero, ha de ser en su pintura campañas y labranzas. Su primera fachada ha de ser un nacimiento, hechos de pasta la María, el Joseph y el Niño, y todo su cielo de ángeles pendientes, y su pintura como un portal de Belén. Su respaldo deste ha de ser un altar con una custodia y en ella la imagen del Sacramento. Ha de guardar el mismo orden en abrirse primera y segunda vez y dar vueltas abierto todo.


                        Don Pedro Calderón de la Barca.