Memorial a Carlos de Austria en nombre de Cataluña (1713)
Puesto a los pies de Vuestra Majestad Cesárea y Católica con rendida veneración, en nombre del Consistorio de diputados y oidores del Principado de Cataluña, representa a Vuestra Sacra Cesárea Católica Real Majestad que después de faltar las tropas que alentaban sus esperanzas, tomó el Principado en la Junta de Brazos Generales tenida a 6 de julio en Barcelona la heroica Resolución de mantenerse a costa de cualesquiera peligros, bajo el amable dominio de Vuestra Majestad Católica, en cumplimiento de su jurada fidelidad y conservación de las Leyes, Privilegios y Libertades; y aunque prevenido el Principado del paternal afecto de Vuestra Católica Majestad, de que en la precisión de haber de sacar las tropas era de más peso en el natural cariño de Vuestra Católica Majestad la consideración de no exponer a la última desolación tan fieles y amados vasallos, que ninguna otra reflexión, y que si el sacrificio de las tropas pudiera aliviar el desconsuelo, lo hubiera ejecutado sin la menor duda; pero que perderlas para perdernos más, no creía Vuestra Católica Majestad ser medio que aconsejase la prudencia, y que la continuación de la guerra produciría la total ruina del Principado, viéndose Vuestra Católica Majestad obligado por el mayor bien, o menor mal, de Cataluña, al desconsuelo de pérdida tan sumamente grande, fue imposible a la fidelidad y afecto del Principado de detenerse en inconvenientes que pudieran apartar al Principado del vasallaje debido a Vuestra Católica Majestad, antes bien, obligado del expresado amor de Vuestra Católica Majestad, quiso satisfacer con la mayor fineza, imitando el antiguo ejemplar de Sagunto, casi nuevamente practicado por las tropas del Príncipe enemigo, en la conquista de la infeliz Játiva, determinada a imitarlas antes que sujetarse a discreción a otro dominio.
En esta Gloriosa determinación, persistirá su intrépida constancia, afianzada de la propensión de Vuestra Católica Majestad en favorecerla; desprecia el horror del peligro con la esperanza que la Divina Providencia, inclinada a su justa causa, abrirá camino a Vuestra Católica Majestad, de asistirla con prontísimos y copiosos socorros, continuando la guerra, y en caso de efectuarse la paz, con el eficaz empeño de no permitir separar el Principado de la obediencia de Vuestra Católica Cesárea Majestad, o erigir el Principado en República, bajo la soberana protección de Vuestra Cesárea Católica Majestad, por tener nuevo motivo de explicar la ratificación de su incomparable amor, no sólo prefiriendo, al de otro Príncipe, el amable dominio de Vuestra Cesárea Católica Majestad, pero también a la especiosa anhelada prerrogativa de la Libertad.