Marta y María
De Jesús en servicio, todo el día
pena la activa diligente Marta;
mas, absorta escuchándole, María
de sus divinos pies nunca se aparta.
Dice Marta al Señor: «¿Bien no sería
que entre ambas el trabajo se reparta?»
Jesús responde: «En complacencia mía
mucho es tu afán, tu diligencia es harta:
tu respetuosa actividad me agrada;
pero cesa importuna de quejarte
de la que yace ante mis pies postrada:
Magdalena eligió la mejor parte,
la cual por nadie le será quitada,
y nada habrá que de su bien la aparte».
Esta poesía forma parte del libro Obras poéticas (1872)