Mano amorosa a quien amor solíaMano amorosa a quien amor solíaLope de Vega
- A una sangría de una dama
- Soneto 125
Mano amorosa a quien amor solía
dar el arco y las flechas de su fuego,
porque como era niño, y al fin ciego,
matases tú mejor lo que él no vía.
El cielo ha sido autor de tu sangría
para poner a tu crueldad sosiego,
haciendo su milagro con mi ruego
nacer corales entre nieve fría.
Vierte esa fuente de rubíes puros,
¡oh peña de cristal! con blanda herida,
¿pero cómo podrán al hierro impío
mis tiernos ojos asistir tan duros,
pues vengándome a costa de mi vida,
la sangre es tuya y el dolor es mío?