Manifiesto militar contra el gobierno de Agustín P. Justo, 1932


Guiados por los más nobles sentimientos de reparación institucional y de justicia social, nos levantamos en armas contra el simulacro de gobierno que preside el general Justo, surgido de las elecciones fraudulentas y espurias del 8 de noviembre de 1931, realizadas bajo el imperio del estado de sitio y de las deportaciones en masa de políticos, militares, obreros y estudiantes que encarnaban el espíritu de oposición, de democracia y de libertad del pueblo argentino, cuya mayoría representa el radicalismo, fuerza que nace de lo más hondo de nuestra historia e interpreta los más puros elevados anhelos y aspiraciones del alma nacional.

Nos levantamos en armas contra los herederos de la nefasta tiranía del general Uriburu, nacida con el golpe de Estado del 6 de septiembre de 1930, patrocinado por el imperialismo petrolero norteamericano que resucita en el país los gobiernos de castas. El parlamento surgido de aquellas elecciones usurpa la soberanía popular, integrado en su casi totalidad por miembros de los directorios legales o empleados a sueldo de las sociedades anónimas extranjeras, en estrecha alianza con la prensa grande, mercenaria e industrial, que se arroga desvergonzadamente la representación periodística de la opinión pública, oculta esas violaciones o las defiende como parte interesada en el criminal negocio que arruina a la Nación y hunde en la miseria y en la pobreza a sus habitantes de las clases medias y proletarias.

Frente a la dictadura del general Justo, las dictaduras de las compañías Standard Oil, Bunge y Bom, Dreyfus, Asociación de Frigoríficos, Tranvías, Unión Telefónica, etc. Frente a esta dictadura extranjera, disfrazada canallescamente con los colores de nuestro pabellón y a la que sólo civiles y militares que han caído en la ignominia de traición a la patria pueden apuntalar, proclamamos la revolución con el fin de reconquistar para el pueblo argentino la suma del derecho y libertades ultrajadas, aherrojadas por la miserable legión de fascistas del Jockey Club y Círculo de Armas, que no han trepidado en vender la nacionalidad a cambio de satisfacer sus bastardas y ruines ambiciones personales, de orden político y comercial.

A LOS JEFES Y OFICIALES DIGNOS, a los suboficiales, cadetes y conscriptos del Ejército y de la Marina, a los obreros y a los chacar eros, a la juventud universitaria y de institutos secundarios, a los pequeños comerciantes, industriales y propietarios, incitamos a acompañarnos en ésta santa cruzada rebelde y renovadora por la democracia y la independencia política y económica de la Nación y de sus clases productoras.

ARGENTINOS: De pie, a las armas (Viva la Unión Cívica Radical).

Firma de la Junta y Jefes Revolucionarios.