Manifiesto del Partido Comunista al pueblo trabajador de Venezuela



Manifiesto del Partido Comunista al pueblo trabajador de Venezuela

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¡La lucha por el pan y la tierra!

Compañeros:

Sofocado y aterrorizado por la tiranía que domina a Venezuela desde hace tantos años, el pueblo trabajador venezolano que tantos esfuerzos ha hecho para librarse de su verdugo está encaminándose para hacer un nuevo esfuerzo en pro de conseguir la libertad. Sin embargo, la ignorancia en que la tiranía de Juan Vicente Gómez ha mantenido al pueblo ha impedido ver a muchos trabajadores el hecho de que la mayoría de aquéllos que pretender ser «revolucionarios», como el general Arévalo Cedeño y otros caudillos, sólo representan los intereses de los hacendados y de la burguesía, es decir, de los ricos del país, y no son otra cosa que nuevos tiranos que se disfrazan con la bandera revolucionaria para adueñarse del poder y continuar por su propia cuenta la explotación de los trabajadores.

Los trabajadores del mundo entero saben que existen dos clases de gente: los que trabajan y los que explotan, pero la verdad evidente y palpable de que nada hay de común entre estas dos clases, de que los intereses entre explotados y explotadores son irreconciliables, no ha sido comprendida por muchos de los trabajadores venezolanos de la ciudad y del campo.

En todos los países del mundo los obreros y los campesinos, que son los que con su labor producen todas las riquezas, están organizados en sus propios partidos de clase, en sus propios sindicatos y ligas campesinas que representan y defienden sus intereses. Los capitalistas y los hacendados, esto es, los ricos dueños de las fábricas, empresas y tierras, también están organizados en sus propios partidos de clase y bajo la protección militar de su estado tratan de perpetuar la explotación de los que trabajan.

Si en Venezuela existe una lucha entre los ricos partidarios de Juan Vicente Gómez y su familia y los ricos partidarios de otros caudillos que representan sus intereses, esto se debe a que cada uno de ellos quiere más, quiere apoderarse de todo para sí, quiere llevarse lo que el otro tiene, quiere ser el único explotador y se disputan el privilegio de exprimir al pueblo trabajador con los mismos métodos y con el mismo fin. Los que están en el poder como el tirano Gómez hablan de «paz y orden», y los que como Arévalo Cedeño y otros quieren obtener el poder hablan de la «revolución», pero en verdad sólo hay entre ellos una diferencia de palabras, pues todos son enemigos encarnizados del pueblo trabajador.

¿Qué quiere el pueblo trabajador?

El pueblo trabajador quiere librarse de la explotación y de la tiranía de Gómez y por lo mismo tampoco quiere que lleguen al poder otros caudillos como los Arévalo Cedeño, Olivares, Ortega Martínez, etc., pues esto significaría continuar en la misma esclavitud. Los conuqueros, los peones de las haciendas, los arrendatarios, a quienes pertenece la tierra por derecho natural, pues son ellos quienes la labran y la hacen fructificar a fuerza de sudores y fatigas, quieren que ésta pertenezca a ellos y no a los ricos. Los obreros de las minas y de las grandes empresas y fábricas quieren que el resultado de su labor y las máquinas con que trabajan estén bajo su control, quieren trabajar menos horas y recibir mayores salarios y que se les trate bien, quieren vivir como hombres libres y no vilmente explotados desde que nacen hasta que mueren lo mismo que esclavos. Todo esto es exactamente lo contrario de lo que quieren los patrones y los caudillos que representan sus intereses. Por eso el general Arévalo Cedeño que actualmente combate contra Gómez, temiendo que los trabajadores logren librarse de la explotación ayudados por los trabajadores verdaderamente revolucionarios que son los COMUNISTAS, dijo que cuando el llegara al poder «no habría bastantes árboles en las riberas del Orinoco para colgarlos». Gómez los asesina con torturas y trabajos forzados en las carreteras y Arévalo Cedeño quiere colgarlos; ésta es la única diferencia que existe entre los dos, ambos quieren ver verdugos de los trabajadores, ambos son enemigos del pueblo.

Venezuela no está explotada solamente por los ricos venezolanos, sino también por los ricos extranjeros: los americanos del Norte, los ingleses, los franceses y otros. Esto es lo que se llama la explotación imperialista. Los grandes hacendados y los capitalistas venezolanos cualesquiera que sean sus caudillos están unidos con los imperialistas. Tanto aquéllos como éstos están de acuerdo en explotar a los trabajadores de Venezuela y se apoyan unos a otros en contra de éstos. Gómez o cualquiera de los caudillos que pretenden suplantarlo, negocian gustosamente y en cualquier tiempo con aquellos de los imperialistas que les ofrezcan mejores gangas. Todos, pues, son traidores del pueblo que venden diariamente al país o que pretenden venderlo al mejor postor imperialista.

¿Qué quiere el pueblo? El pueblo quiere echar a los imperialistas del país y aplastar a sus servidores nacionales como Gómez y Arévalo, quiere librarse de la explotación de unos y otros. Por esta razón el pueblo trabajador es antiimperialista. ¡La victoria pertenece a los trabajadores!

La inmensa mayoría de los venezolanos son los trabajadores. Los ricos son una minoría insignificante. Tan pronto como los trabajadores comprendan sus intereses de clase y se organicen tendrán el poder en sus manos. ¿Qué derecho tienen los ricos enemigos de Gómez de apoderarse de las tierras, empresas, fábricas y otras riquezas que el tirano sanguinario ha acaparado? Pues ninguno, sólo los trabajadores tienen ese derecho y para conseguirlo les basta con organizarse en su propio partido de clase y luchar por sus propios intereses.

En Rusia, el país más grande del mundo, y con una población cincuenta veces mayor que la de Venezuela y que estuvo sometida durante siglos a una tiranía tan sangrienta como la de Gómez, al régimen de los Zares, los obreros y campesinos hace ya trece años derrocaron este gobierno e implantaron el gobierno de su propia clase, el gobierno obrero y campesino llamado SOVIÉTICO. Se han repartido las tierras de los grandes hacendados entre aquéllos que las trabajaban directamente, y las fábricas, minas y empresas pasaron a ser propiedad colectiva de los obreros bajo el control del gobierno soviético. Los trabajadores de la Rusia Soviética trabajan actualmente sólo siete horas diarias, cada cuatro días de trabajo tienen uno de descanso, fuera de dos semanas de vacaciones cada año con salarios completos. Los salarios aumentan, y los precios disminuyen y no hay trabajadores desocupados. En las escuelas, colegios y universidades se da la preferencia a los trabajadores y a sus hijos y el gobierno sostiene de todo a todos los estudiantes. La mujer goza exactamente de los mismos derechos y de las mismas ventajas que los hombres y se le concede un descanso absoluto con salario completo durante dos meses antes y dos meses después del alumbramiento. Bajo el gobierno obrero y campesino se construyen en la Rusia Soviética casas cómodas e higiénicas para los obreros, magníficos edificios para sanatorios, hospitales, clubes, bibliotecas y escuelas para los trabajadores, los cuales gozan de una libertad y bienestar nunca conocido en el mundo por la clase que todo lo ha producido.

Los trabajadores del mundo entero están luchando y organizándose para hacer lo mismo que sus hermanos de clase en Rusia. Los trabajadores venezolanos no han de faltar en esta lucha gloriosa por la libertad y el derecho de vivir bien. Ellos también se solidarizaran con todos los trabajadores del mundo para aplastar a sus propios tiranos e implantar el gobierno soviético de los obreros y campesinos en Venezuela.

¡A la lucha, trabajadores venezolanos! Organizaos para conquistar el pan, la sierra y el bienestar de hombres libres. Derrocad la tiranía e implantad vuestro propio gobierno de clase, el gobierno obrero y campesino.

Clase media o pequeña burguesía

Hay gentes como los pequeños comerciantes, los dueños de talleres pequeños y otros que no son ni trabajadores ni ricos. Ellos también son perjudicados por el régimen de Gómez, y por la competencia que les hacen los ricos extranjeros y nacionales en sus negocios. Pero como no son ni trabajadores ni burgueses no saben con quién irse. Hablan mucho de la revolución, pero como ellos también quieren ser ricos mediante la explotación del pueblo trabajador, casi siempre se van con los caudillos de la burguesía Esta clase vacilante, esta clase media entre los trabajadores y los ricos se llama la pequeña burguesía. Entre ellos se encuentran políticos muy peligrosos para los trabajadores, porque con sus pretensiones de «revolucionarios» y su contacto directo con el pueblo en sus negocios tienen facilidad para engañarlos e inducirlos a seguir a los caudillos en contra de sus propios intereses de clase. Entre la pequeña burguesía se encuentran también intelectuales, doctores, ingenieros, empleados, estudiantes y otros que en su mayor parte se benefician del régimen general de explotación de los trabajadores. Éstos, cuando están contra Gómez, se adhieren a los caudillos de los ricos y pretender ser «revolucionarios», pero con muy raras excepciones son enemigos de la verdadera revolución de los trabajadores de la ciudad y del campo y terminan siempre por traicionar el movimiento revolucionario de los trabajadores. El pueblo trabajador debe desconfiar de esta gente en general y no permitir que tome la dirección del movimiento obrero. Entre esta pequeña burguesía o clase media hay que contar sólo con aquellos que estén dispuestos a apoyar la lucha de los trabajadores y su partido de clase el Partido Comunista de Venezuela, por emanciparse totalmente del yugo de la burguesía, es decir, de los ricos, ya estén con Gómez o contra Gómez, pero a los que quieren desviar a los trabajadores de la lucha revolucionaria por sus propios intereses en favor de la burguesía, hay que rechazarlos rotundamente como a traidores del pueblo trabajador y sirvientes de los explotadores. Hay solamente dos campos: los explotados y los explotadores; los que no están con los explotados están con nuestros enemigos. No hay un terreno intermedio en la lucha entre estas dos clases. Trabajadores, alerta contra los traidores.

Trabajadores: ingresad en vuestro partido de clase, el Partido Comunista

Por primera vez en la historia de este país se ha formado en Venezuela con su sede en Caracas un comité organizador de los trabajadores revolucionarios (comunistas) de Venezuela. Este comité se llamara COMITÉ CENTRAL PROVISIONAL DEL PARTIDO COMUNISTA, SECCIÓN VENEZOLANA DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA.

La Internacional Comunista, organización que dirige el movimiento revolucionario del proletariado mundial, y que ha tomado la iniciativa de ayudar a los obreros venezolanos a organizarse en su propio partido de clase, tiene secciones en todos los países de la América Latina y del mundo entero, se compone de unos cinco millones de obreros y campesinos organizados, controla la Rusia Soviética con sus 150 millones de habitantes y una parte considerable de China con más de 100 millones de habitantes, lo que hace un total de mas de 250 millones en un inmenso territorio donde los explotadores han sido aplastados y los obreros y campesinos tienen el poder. La Internacional Sindical Roja, organización que lucha por el mejoramiento inmediato de la situación económica de los trabajadores, y que cuenta con 16 millones de miembros también os ayudará a organizaros en sindicatos en cada industria, empresa, mina, fabrica o hacienda para defender vuestros intereses materiales diarios contra la avaricia de la clase patronal. Ésta es la ayuda que los trabajadores organizados del mundo os aportan para organizaros a fin de libraros del yugo de los explotadores extranjeros y venezolanos.

El Partido Comunista es el partido de los obreros, defiende los intereses de todos los explotados cualesquiera sea su nacionalidad, color, raza o religión y tiene como su programa lo siguiente:Lucha insurreccionaria contra los grandes hacendados y la entrega y distribución de la tierra entre quienes la trabajan sin pagar indemnizaciones a los antiguos dueños. Toma de todas las grandes empresas, fábricas, minas y transportes y nacionalización de éstos para los obreros bajo el gobierno obrero y campesino. Desconocimiento de todas las deudas a los imperialistas y a los bancos y acaparadores ricos. Desconocimiento de todas las concesiones y privilegios de explotación a los imperialistas. Exención de impuestos a los campesinos pobres, pequeños comerciantes y dueños de pequeños talleres. Implantación de la jornada de 7 horas en todas las grandes empresas, fábricas y minas y la jornada de 8 horas en general. Igual salario por igual trabajo para las mujeres y los jóvenes. Mantenimiento por cuenta del Estado y de las empresas de los desocupados y de los incapacitados para el trabajo por enfermedad, vejez o accidentes. Educación elemental y superior gratuita y ayuda del Estado para el mantenimiento de losestudiantes. Entrega de la tierra decomisada a los indígenas, los cuales tendrán derecho a gobernarse a sí mismos. Supresión de todos los arriendos y alquileres. Las madres recibirán salario completo con derecho a descanso absoluto durante 8 semanas antes y 8 semanas después del alumbramiento y asistencia médica gratuita.

¡Trabajadores!

Los beneficios aquí enumerados los obtendréis solamente luchando vosotros mismos por ellos, con vuestra propia organización clasista. La emancipación de los trabajadores tiene que ser la obra de ellos mismos. Los caudillos sólo os traicionarán y engañarán. Vosotros mismos tenéis que libertaros y para ello es menester organizaros y controlar vosotros mismos estas organizaciones para que no se apoderen de ellas los verdugos y explotadores. Solamente así organizados y dirigidos por vuestro propio partido de clase el Partido Comunista de Venezuela, podréis luchar efectivamente y con buen éxito contra todos los atropellos de los ricos, logrando arrancarles mejoras económicas inmediatas mientras os libráis definitivamente del yugo de los explotadores implantando vuestro propio gobierno de clase (soviético! constituido por delegados de los obreros, campesinos, indios y soldados.

Si no queréis morir como esclavos, subyugados por el terror y el látigo, sin esperanzas para el porvenir, si no queréis que vuestros hijos e hijas padezcan la misma miseria y tiranía que vosotros sufrís hoy, hay que luchar para realizar el programa comunista. Sólo los cobardes se resignan a morir bajo los latigazos del déspota explotador. Los verdaderos hombres que quieren luchar para salir de este infierno a que estamos condenados en vida los trabajadores bajo el dominio de los ricos que todo lo deben a nuestra labor, se organizaron para libertarse. ¡Para qué os sirve la vida si tenéis que pasarla sofocados por la opresión, alimentados con miserables mendrugos y tratados como perros! Solo tenéis que perder en la lucha las cadenas que los explotadores os imponen.

Conclusión

El dominio de la burguesía o capitalistas ha llegado a su última etapa. El régimen capitalista se está hundiendo mortalmente herido por las propias contradicciones del sistema y por la violenta lucha de clases que de ellas se deriva. La decadencia se manifiesta palpablemente en la crisis espantosa que sufren todos los países en donde gobiernan los ricos. Hay 30 millones de hombres sin trabajo, sin pan y sin techo, condenados a ser mendigos con sus familiares. Los salarios de los que aún tienen trabajo son reducidos por los ricos que quieren echar sobre la clase trabajadora todo el peso de la crisis, de la quiebra del sistema de explotación capitalista. Se aumentan las horas de trabajo, los impuestos y los precios de los artículos de primera necesidad. Los capitalistas de todos los países luchan unos contra otros para arrebatarse los restos del botín y se preparan a la guerra engañando a los trabajadores para que les sirvan de carne de cañón y defiendan los intereses de sus propios explotadores.

Los trabajadores que ya no pueden aguantar más el yugo que les imponen los ricos explotadores se están organizando en todo el mundo para sacudirlo y librarse de un sistema que convierte a la mayor parse de la humanidad en bestias de carga de unos pocos privilegiados. El proletariado mundial se prepare para seguir el ejemplo de los trabajadores de la Rusia Soviética, único país donde no hay crisis ni desocupación.

¡Trabajadores venezolanos! Organizaos. Todos los que no seáis cobardes suscribios al programa de liberación obrera de este manifiesto en sodas las empresas, minas, fábricas y haciendas. Es necesario organizaros en pequenos grupos clandestinos unidos entre sí y elegir delegados en comités locales afiliados al Partido Comunista y bajo la dirección del Comité Central provisional que os va a enseñar cómo se procede en la lucha por vuestra liberación. Cuidaos de los espías y traidores. No recibais en vuestras filas sino a aquellos trabajadores que sabéis bien son sinceros adherentes de la causa del pueblo trabajador.

¡Trabajadores! Luchando vosotros mismos con la ayuda del proletariado (los trabajadores) mundial, sin caudillos, ni generales extranjeros, ni nacionales, sabréis derrocar la tiranía y el régimen explotador.

¡Adelante, compañeros! ¡Vivan los trabajadores! ¡Viva el Gobierno Obrero y Campesino! ¡Viva la Rusia Soviética! ¡Viva el Partido Comunista! ¡Mueran los verdugos del pueblo trabajador!

El Comité Central Provisional del Partido Comunista Venezolano, Sección de la Internacional Comunista.


Caracas, 1º de mayo de 1931