Manifiesto de Carlos VII a los pueblos de la Corona de Aragón
Catalanes, aragoneses, valencianos:
El 2 de mayo llamé desde Vera a todos los españoles, lleno de fe en la grandeza de la Causa, cuyo depósito me ha confiado Dios. Lo que entonces era una esperanza será muy pronto magnífica realidad. Los cimientos de la restauración del Trono de Recaredo están labrados con los laureles de Oñate y de Mañaria, de Urbasa, de Ceberio, de Más de Roig, de Arbucias, de Tivisa y de Reus. El camino de la victoria está regado con la sangre de los mártires: en él escribieron sus nombres inmortales Ulibarri, Ayastuy, García y Francesch.
Hoy, como entonces, pero con más aliento, repito con el orgullo de Rey de una nación heroica: Voluntarios que fijos los ojos en el cielo y en mi bandera corréis generosos al sacrificio, yo os admiro. Soldados de Pavía y de Bailén, que estáis bastante ciegos para ser mercenarios del Extranjero, también admiro vuestro valor. A todos os llamo, porque todos sois españoles; que la empresa salvadora comienza apenas y el mundo nos contempla sorprendido, espantada la Revolución, lleno el país de júbilo inefable. Sí, se acerca el día en que sean realidad mis vehementes aspiraciones.
Por lo tanto, amante de la descentralización, según consigné en mi Carta-Manifiesto de 30 de junio de 1869, hoy os digo pública y solemnemente:
Intrépidos catalanes, aragoneses y valencianos: Hace un siglo y medio que mi ilustre abuelo Felipe V creyó deber borrar vuestros fueros del libro de las Franquicias de la Patria.
Lo que él os quitó como Rey, yo como Rey os lo devuelvo; que si fuisteis hostiles al fundador de mi dinastía, baluarte sois ahora de su legítimo descendiente.
Yo os devuelvo vuestros fueros, porque soy el mantenedor de todas las justicias, y para hacerlo, como los años no transcurren en vano, os llamaré, y de común acuerdo podremos adaptarlos a las exigencias de nuestros tiempos.
Y España sabrá, una vez más, que en la bandera donde está escrito Dios, Patria y Rey están escritas todas las legítimas libertades.
Vuestro Rey,
Carlos.
Frontera de España, 16 de julio de 1872.