Maligno, Malo, Malvado, Malicioso (SLC)

Nota: En esta transcripción se ha mantenido la ortografía original.

Maligno, Malo, Malvado, Malicioso.


Todos cuatro indican disposicion á hacer daño.

El maligno lo es á sangre fria; astuto cuando hace daño: para estar á salvo de sus malas mañas conviene desconfiar de él.

El malo lo es por carácter y se descubre á sí mismo; cuando daña satisface su pasion, para no temerle tanto, se procura no ofenderle.

El malvado lo es por temperamento y es muy peligroso; cuando hace daño sigue en ello su inclinacion; para librarse de él lo mejor es huirle.

El malicioso lo es por capricho , y si hace daño es de rabia; para contenerle, lo mejor es ceder.

El amor es un dios maligno que se burla de sus adoradores. El cobarde hace del malo cuando no tiene enemigos que combatir. Los hombres son á veces mas malvados que las mugeres; pero estas siempre son mas maliciosas que los hombres.

En el malicioso hay facilidad y astucia, poca audacia y ninguna actividad.

El maligno solo quiere ocasionar penas leves y no grandes males; á veces quiere darse únicamente cierta superioridad sobre los demas á quien incomoda; se contenta mas bien con poder hacer el mal que con el gusto de hacerlo.

En el maligno hay mas consecuencia, mas profundidad, mas disimulo y mas actividad que en el malicioso.

El maligno no es tan duro ni atroz como el malvado; hará derramar lágrimas; pero tal vez se enternecerá si las vé correr.

El substantivo malignidad tiene mucha mayor fuerza que el adjetivo maligno.

Muchas veces se permite á los niños ser malignos; pero nunca la malignidad, sea la que se quiera, por ser ésta el estado de una alma que perdiendo ya el instinto de la benevolencia, desea la desdicha de sus semejantes y aun se goza en ella.

Se les disimula á los niños el ser maliciosos, y á veces se estiende esta condescendencia hasta estimularlos á cierta malicia; porque no teniendo ésta nada de criminal, supone cierto gérmen de talento, de que en adelante puede sacarse buen partido; sin embargo, esta indulgencia puede ser peligrosa; la astucia que supone la malicia vá insensiblemente disponiendo á la malignidad, y de ser maligno á ser malvado dista á veces muy poco.