Madrigal (Acosta)
Echó de menos la Aurora
una vez su luz que dora,
y como día tras día
pálida siempre salía,
dando quejas lastimosas,
lloró perdidas sus rosas,
y en encontrarlas se aferra
corriendo cielos y tierra...
Delia, ya sé que es robado
el esplendor con que brillas,
y que la Aurora ha encontrado
sus rosas en tus mejillas.