​México, como era y como es​ de Brantz Mayer
traducción de Wikisource
CARTA I.
MÉXICO
COMO ERA Y COMO ES




CARTA I.


VIAJE A VERACRUZ.


Me fui de Nueva York el 27 de octubre de 1841, con buen viento y en el duodécimo día, al amanecer, vi el noble pico de Orizaba, levantándose encima de la distante línea del horizonte occidental.

Rara vez he contemplado una vista más hermosa que esta. Los Alpes Marítimos, vistos desde el Golfo de Lyon, presentan un espectáculo de gran majestuosidad y belleza. Pero este solitario y grande pico, levantándose más de 17.000 pies sobre el océano, el centinela, por así decirlo, de una tierra hacia la que todavía puedes navegar durante días antes de llegar, ha golpeado a cada viajero con maravilla desde los días cuando Cortez lo saludó por primera vez en su viaje aventurero para la conquista de México.

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Nuestro barco estaba bastante lleno de pasajeros en la cabina y pasajeros; comerciantes, yendo a hacer fortuna en este país; fabricantes, entusiastas y ahorrativos, con su maquinaria, listos a tomar ventaja de las amplias ganancias a ser obtenidas en la "línea de algodón" de la protección de la industria nacional en México; un estudiante alemán, fresco de su alma mater, aventurándose por fortuna en Veracruz, a pesar de toda competencia y el vomito; una gentil doncella, suspirando por alguien al final del viaje; un acérrimo operador escoces, con una esposa y dos hijos, el último de los cuales en sus pequeñas ráfagas voluntarias privadas por las ráfagas de mar que evitamos y por último un digno viejo luchador italiano, que


1 había ido con Napoleón a través de todas sus campañas y al tiempo, determinando que la guerra no era una próspera ocupación, habían afinado una forma de hacer fortuna aprovechando un atildado pequeño cuerpo mexicano, como su esposa y el "negocio económico", como profesión.

De hecho, tuvimos a bordo especímenes de toda activa industria y empresa temeraria, que empujan la fortuna de nuestros nativos y adoptó a los ciudadanos todo el mundo y hacen a nuestro país conocido tanto por la energía sin resistencia de sus hijos, como por la libertad política que disfrutan en casa, o que se extiende a ellos por la protección de su bandera en el extranjero.

Comenzé este viaje con espíritu bajo y con un leve deseo de participar de los placeres de la cabina; pero, con clima encantador y buen compañerismo, pronto fui sacado de mi cabina, a la mesa social, y rara vez he pasado un tiempo más agradable en un viaje en el mar. Así, la variedad de caracteres fusionados, fue divertido e instructivo. Hubo ánimos para los serios y los alegres; y cuando llegó la hora para la separación, nos reunimos por última vez alrededor de la mesa con el corazón entristecido, en la contemplación de la certeza de que la mayor parte de nosotros no se reuniría más, y que todos estaban a punto de encontrar las incertidumbres de fortuna en un país extraño, en medio de prejuicios, enfermedades y las revoluciones.


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