Los viajes de Marco Polo/Libro I/Capítulo L

Nota: Se respeta la ortografía original de la época

CAPITULO L.

CIANDU Y SECTAS RELIGIOSAS DEL TIBET.

Recorridas tres jornadas se entra en la ciudad de Ciandu, fundada por el actual Kan, de nombre Cublai Kan. Tiene en medio un palacio inmenso, de piedra y de mármol, cuyos aposentos están rica y hermosamente dorados. Se halla circuido de una muralla que tiene de largo 16 millas y que encierra en su recinto fuentes, rios, praderas, ciervos, venados y cabras, para dar de comer á los halcones y erifaltes que se guardan allí en tiempo de muda: el Kan va á verlos cala ocho dias. A gunas veces si se le ocurre cabalgar alrededor de la muralla, lleva á la grupa un leopardo y lo suelta contra un siervo, venado ó cabra; cogida la presa, de s despojos se alimentan los halcones y gesifaltes. Dentro del recinto hay tambien un alacio de cañas perfectamente enlazadas para que no filtre el agua, todo dorado por lentro y revestido de pájaros y otras aves de exquisita labor. Las cañas son gruesas como de tres palmos y largas como de diez hasta quince pasos. Las cortan de un nudo á otro y las dividen para formar con ellas á manera de tejas, que cubren perfectamente la casa: este palacio ha sido hecho de tal suerte que se le puede transportar fácilmen te cuando se quiere. Durante los meses de Junio, Julio y Agosto habita el Kan en es ta morada, porque es muy fresca y porque le recrea mucho. El dia 28 de Agosto sale el Kan de dicha ciudad y palacio, y os diré como. Hay una casta de asnas, blancas como la nieve, que suben en número hasta 10.000 y cuya leche no bebe nadie que no sea de familia real, excepto una raza de hombres llamados Buriat, en recompensa de una ba talla que hicieron ganar á Gengis Kan. Al tiempo que las asnas están pastando, si se encuentra con ellas algun poderoso señor, aguarda á que se vayan ó se separen del camino, aunque sea média jornada de dis tancia. Cuando el Kan emprende su viaje derrama en tierra la leche de las asnas porque los astrólogos le tienen dicho que el dia aquél será feliz si la tierra, el aire, los ídolos y los espíritus reciben su parte, y que le protegerán á él, á su familia y á todos lo habitantes y cosas de su reino.

Sabed tambien que cuando el Kan reside en este alacio y el tiempo se pone malo, los astrólogos y los encantadores impiden con sus artes mágicas que la lluvia ó la nieve caigan sobre el palacio; así es que allí la temperatura siempre es buena: los que esto hacen son los sabios llamados Tebet y Chesciemur, dos clases de hombres idól tras que por oficios diabólicos saben más que sus compatriotas, si bien dicen que todo esto es obra de Dios. Cuando un hombre es condenado á muerte y ajusticiado, lo cuecen y se lo comen. Tambien os contaré otra maravilla de estos bacsi ó hechiceros.

Cuande el Kan se sienta á la mesa, las án foras llenas de vino, de leche ó de otra bebida, son colocadas á diez pasos de la mesa, y los bacsi hacen que por sí mismas vayan á ponerse delante del Kan: esto lo presencian diez mil personas, y es muy verdadero: los que saben de nigromancia dicen que se puede hacer muy bien. Cuando se aproxima la fiesta de algun ídolo, los bacsi dicen al Kan: «Señor, la fiesta de tal ídolo se aproxima y como sabeis que acostumbra á hacer daño á nuestros bienes si no se le rinden ofrendas y holocaustos, os rogamos que nos deis tantos carneros de cabeza negra, incienso y madera de aloe para honrarlos. » Así hablan á los barones que rodean al Kan, los cuales transmiten el ruego á éste, y una vez entregadas las cosas que han pedido, practican las ceremonias necesarias; cuecen los carneros, los ponen delante de los ídolos y les suplican que tomen de aquella ofrenda lo que gusten. Todos los ídolos tienen su fiesta especial como nuestros santos. Hay en aquel país muchos monasterios. En una ciudad muy pequeña hay uno tan grande, que contiene mas de dos mil monjes, los cuales viven más dignamente que los otros hombres: llevan la cabeza y la barba rapadas y celebran las grandes fiestas de los ído los con luminarias y cánticos. Hay bacsi que pueden casarse, y acostumbran á tener mucha prole. Otros de ellos llamados sensin viven en grande abstinencia; llevan una vida durísima no comiendo sino salbado en agua caliente; tienen muchos idolos y son adora dores del fuego. Las otras sectas dicen de los sensin como nosotros da los patarinosparque profesan culto diferente y no se ca san. Tambien llevan la cabeza y barba ra padas, visten de cáñamo negro y azul, y ne cambiarían de colores aunque vistiesen de seda: duermen sobre esteras, y todos sa ídolos llevan nombre de mujer.