Los primeros buques a vapor venidos a Montevideo 1824 - 1840
Hasta el año 1824 ningún buque a vapor había venido al Plata. El primero que surcó sus aguas anclando en el puerto de Montevideo, fue uno venido de Inglaterra en noviembre del año 24, cuyo nombre no recordamos. El pabellón inglés flotaba sobre su popa.
La aparición del primer buque a vapor en estas aguas fue una gran novedad, como era consiguiente, para los estantes y habitantes de San Felipe v Santiago. Cientos de espectadores coronaban las azoteas de los edificios, las murallas, el recinto y el muelle, al verle entrar al puerto. No era para menos la cosa. Ver lo que no se había visto por esta región: navegación a vapor.
Este hecho dio origen a que un buen inglés bautizase con el nombre del Vapor, la fonda que estableció en la calle de San Falipe (hoy Misiones) entre las de San Luis y San Miguel, denominada desde entonces Fonda del Vapor, y más tarde Hotel del Vapor, por Mr. Palmer, su propietario.
No bien había fondeado, lo invadieron cientos de visitantes llevados por la curiosidad, siendo recibidos galantemente por los marinos. El capitán hablaba el castellano regularmente. La cámara del vapor era en forma de semicírculo, rodeada de asientos corridos, bastante buenos. Por muchos días siguió siendo visitado, destapando botellas de ron, vino y otras bebidas el obsequiante capitán, para el gaznate de los visitantes.
Después levantó anclas regresando para Europa, y adiós vapor.
Diez años más tarde vino otro, que fue el segundo que apareció en estas aguas. Ese fue la barca norteamericana, con la bandera estrellada, nombrada Potomac, de porte de 264 toneladas, capitán Ricardo Sultán, procedente de Baltimore, con cargamento de harina, consignado a la casa de Davison Le-Ham, que dio fondo en este puerto el 12 de julio de 1835.
Posteriormente el Potomac fue vendido, estableciéndose en la carrera de Buenos Aires y este puerto, tomando el nombre de Federación. Finalmente cesó en ella, retornando como el primero para Europa. Y buenas noches: no volvimos a ver más buque a vapor por estas aguas hasta el año 40, en que tuvimos la barca francesa Tonerre; y pare usted de contar.
En 1842 surgió el proyecto de establecer la navegación a vapor en el Río Uruguay con la bandera inglesa y privilegio exclusivo de 20 años. Mr. Biugland hizo la propuesta, que llegó a sancionarse en el Senado, pero naufragó en el camino.
Pasamos de línea. Se nos va la pluma avanzando del 40. Absuélvanos el lector de este pecadillo venial, y ya que de navegación a vapor se trata, perdónesenos si nos vamos hasta el 51, para no olvidar el vapor Uruguay, de bandera nacional, que fue el primero que tuvimos en esa época y el primero también mercante, que surcó las aguas del Río de su nombre hasta Concepción, zahumando sus espirales los bosques frondosos de sus orillas.
Por de contado que hacemos caso omiso de los de guerra anglo - franceses, venidos cuando la intervención.
Estaba escrito que Uruguay había de llamarse el primer buque a vapor de la matrícula oriental; y Uruguay también el primero que salvó los arrecifes del Salto, remontando el alto Uruguay hasta Uruguayana (1860) ganando el premio ofrecido por el gobierno del Brasil al primer vapor que realizase ese viaje.