Los diez libros de Diógenes Laercio: Simon

S I M O N.

1. Simón, natural de Atenas, fue de oficio correero. Siempre que Sócrates venía a su oficina y discurría de alguna cosa, apuntaba Simón cuanto se le había quedado en la memoria. Por esto sus diálogos se llaman Correaje. Son treinta y tres, unidos en un libro, cuyos títulos son: De los dioses, De lo bueno, De lo honesto y qué cosa sea, De lo justo, dos diálogos, Que la virtud no es enseñable, De la fortaleza, o sea, De lo varonil, tres diálogos, De la ley, Del gobierno del pueblo, Del honor, De la poesía, De la buena constitución del cuerpo, Del amor, De la Filosofía, De la Ciencia, De la Música, De la poesía[1], Qué cosa sea lo bello, De la enseñanza, De la conversación, Del juicio, Del ente, Del número, De la solicitud, Del obrar, Del avaro, De la jactancia, De lo honesto. A éstos se añaden: Del dar consejo, De la racionalidad o aptitud, y Del maleficio.

Refiérese que Simón fue el primero que esparció la doctrina de Sócrates por medio de sus discursos. Exhortándole Pericles a que se viniese a vivir con él, prometiéndole mantenerlo, respondió que «no pensaba cautivar su libertad».

Hubo otro Simón que escribió Del Arte Oratoria; otro que fue médico de Seleuco Nicanor, y otro escultor.


  1. Este diálogo debía de ser diferente del arriba dicho con el propio título; pues de lo contrario, no serían 33 los aquí nombrados.