Los diez libros de Diógenes Laercio: Crates

C R A T E S.

1. Crates, hijo de Antígenes, fue natural de Triasio, discípulo y amado de Polemón, que le sucedió en la escuela. Tanto se favorecieron mutuamente, que no sólo en vida hicieron unos mismos estudios, sino que también fueron semejantes hasta el postrer aliento, y aun después de muertos tuvieron un mismo sepulcro. Así que Atenágoras cantó de los dos en esta forma:

Refiere, oh caminante que transitas,
cómo en este sepulcro
Crates el santo y Polemón descansan;
magnánimos varones y concordes,
de cuyos labios y divina boca
sacras palabras fluyen,
y cuya pura vida,
aun sobre lo divino, sabiamente
los siglos ilustró, bien arreglada
a sus fundados y severos dogmas.

Y así, habiéndose Arcesilao pasado de Teofrasto a ellos, dijo «eran como dioses, o reliquias del siglo de oro». En nada eran vulgares; y les conviene lo que se decía del flautista Dionisiodoro, a saber, que «la gravedad de sus tonos nunca se había escuchado en la galera, ni en la fuente, como los de Ismenio». Antígono dice que comía con Crantor[1] y cohabitaban unidos[2] concordemente, junto también con ellos Arcesilao. Asimismo, que tuvieron la vivienda unidos, Arcesilao en casa de Crantor, y Polemón con Crates en la de un ciudadano llamado Lisicles. Dice, finalmente, que Crates era amante de Polemón, según queda referido; y Arcesilao lo era de Crantor.

2. Cuando murió Crates, según escribe Apolodoro en el libro tercero de las Crónicas, dejó varios libros, unos filosóficos, otros acerca de la comedia, y otros de disertaciones al pueblo y de embajadas. Tuvo discípulos muy nombrados, de cuyo número fueron Arcesilao (de quien hablaremos adelante) y Bión Boristenita; y finalmente Teodoro, de quien tomó nombre la secta teodórica. De éste trataremos también luego después de Arcesilao.

3. Hubo diez Crates: el primero fue poeta de la comedia antigua. El segundo fue retórico de Talles, discípulo de Isócrates. El tercero, un cavador de minas que iba con Alejandro. El cuarto, cínico, de quien hablaremos después. El quinto, filósofo peripatético. El sexto académico, de quien hemos tratado. El séptimo fue gramático, natural de Mallo[3]. El octavo escribió de geometría. El noveno fue poeta epigramático. Y el décimo fue de Tarso, y filósofo académico.


  1. Crates.
  2. Esto es, Crates y Polemón.
  3. Véase Estrabón, lib. 14.