Los consuelos/XVI
= XVI =
Crepúsculo en el mar
Antes de expirar el día
vi morir a mi esperanza.
Zárate
Allá en el horizonte el rey del día
su frente hunde radiosa,
y por el vasto espacio va flotando
su cabellera de oro luminosa.
De arreboles vistosos y cambiantes
se adorna el firmamento,
que entre negros celajes se confunden
en su brillante airoso movimiento.
Y poco a poco sus inmensas alas
la noche va extendiendo,
y con manto de duelo los adornos,
y las galas del orbe va cubriendo.
Es la hora en que los tristes corazones
ven la imagen sombría,
de la esperanza que los sustentaba,
desvanecerse con la luz del día.
Y la hora en que yo veo de mi vida
la trama deshacerse,
y el porvenir glorioso que la halaga,
como el cielo entre sombras esconderse.
En que yo digo adiós a la esperanza,
y a los gozos del mundo,
y con incierto paso y sin vigía
marcho por un desierto tremebundo.
En que mi aurora fúgida contemplo
sin lucir disiparse,
y las lozanas flores de mi vida
sin exhalar perfume deshojarse.
En que a la vez mis bellas ilusiones
toman cuerpo, se abultan,
tocan la realidad, y desmayadas
en crepúsculo negro se sepultan.