Los Proyectos Financieros


<< Autor: José Batlle y Ordóñez


Jueves 26 de noviembre de 1891, EL DIA

Información:

LOS PROYECTOS FINANCIEROS:

-EL BANCO- CREACIÓN DE UNA DEUDA- UNIFICACIÓN DE LAS DEUDAS INTERNAS.

Continuo ayer hasta hora avanzada la discusión en acuerdos de Ministros de los proyectos financieros que ocupan actualmente la atención del Gobierno y son esperados con ansiedad por el país entero, - pues lo que se quiere es una solución definitiva, cualquiera que sea- razón por la cual hemos puesto todo nuestro empeño en adquirir noticias exactas respecto de ellos, a fin de satisfacer la curiosidad natural de nuestros lectores.

El resultado de nuestras investigaciones, cuya veracidad garantimos, es el siguiente.

Los proyectos o mejor dicho, el proyecto de que se ocupa el Gobierno, puesto que no es sino uno dividido en cuatro grandes capítulos, es obra del señor Presidente de la República y de su Ministro de Hacienda Dr. Ramírez y en él se trata de dar solución a los diversos problemas que hoy plantea la situación económica y financiera del país –y que son: liquidación de la sección comercial del Banco Nacional, en una forma análoga a la adoptada para el Banco Ingles del Río de la Plata; creación del Banco Hipotecario independiente, para la formación de cuyo capital entregara el Estado una deuda denominada de “Garantía” de 3.000,0000 pesos con 6 ojo de interés y 1 ojo de amortización; las acciones de este Banco le serán entregadas a los actuales accionistas del Banco Nacional a razón de uno por dos en compensación de los privilegios y regalías de la sección comercial que retrovierten a favor del Estado.

Además de estas acciones y para resolver definitivamente todas las cuestiones y reclamaciones que pudieran surgir entre los accionista del Banco Nacional y el Estado, este le entregara también pesos 2.500,000 de una Deuda especial denominada de “indemnización” de los cuales se aplicarán 500,000 pesos a cubrir los atrasos en el servicio de las cedulas y todo el semestre corriente que el Banco no puede pagarlo en oro y los $2.000,000 restantes se prorotearán entre los actuales accionistas.

El servicio de esta deuda será igual al de la denominada “Garantía” creada para formar el capital del Banco Hipotecario.

Para atender al servicio de estas dos deudas se proyecta celebrar con los tenedores de nuestras deudas internas un concordato análogo al realizado últimamente con los tenedores de la Deuda Externa, que permita llevar a cabo una operación de unificación y conversión de todas esas pequeñas deudas transformando sus actuales servicios, lo que produce, una economía bastante a cubrir el de aquellas dos nuevas deudas con solo una diferencia de 30 a 40 mil pesos, que se tomarían de rentas generales.

Además de estas importantes cuestiones, uno de los capítulos del proyecto se halla consagrado a la creación de un Banco Nacional con 8.000,000 $ oro de capital y con todos los privilegios de la actual sección comercial, del que va a liquidarse.

El capital de este Banco sería suscripto en su mayoría en el extranjero, no siendo ajena a esta operación el grupo financiero que ha intervenido en la realización del concordato con los tenedores de nuestros empréstitos externos.

Muchos otros detalles importantes contiene el proyecto que consta de más 50 artículos, pero nos es imposible darles a conocer hoy – por lo avanzado de la hora.

Respecto de este Banco podemos asegurar que la noticia circulada ayer de que Shylock tendría en él una participación importante, es completamente inexacta, de lo que felicitarán sin duda todas las personas sensatas y bien intencionada, pues esa personalidad siniestra es tan odiada en los círculos políticos como lo es en los comerciales y bursátiles y ninguna institución de crédito podría crecer a su lado.

Damos estas noticias como simple información del momento, reservando nuestras opiniones para cuando los proyectos se conozcan en toda su extensión.


Viernes 27 noviembre de 1891, EL DIA

Información:

Hoy sigue el acuerdo de gobierno sobre los asuntos financieros. La Razón y El Siglo ponen en duda las noticias que publicamos ayer sobre los proyectos en discusión. Aunque para nosotros sería muy satisfactorio que alguna de esas noticias fuera incierta, puesto que, en esta materia, aspiramos a una solución muy distinta a la indicada, los hechos han de probar muy pronto, sin embargo que, con diferencia de detalles, la combinación presentada es la misma a que ayer nos referimos.

Podrá haber alguna diferencia en el tipo de interés y amortización de la nueva deuda: pero en el fondo las noticias son exactas. Es una solución que no agrada al grupo de capitalistas criollos manejado por Ingouvill, - sin excluir a los japoneses de la Bolsa, porque ellos querían que el Estado entregara al Banco Comercial, al Banco de la usura y de los usureros, todos los privilegios del Banco Nacional, a fin de que unos cuantos ricachones egoístas metieran allí su oro y a favor de esos privilegios continuaran su tarea de ahorcar al prójimo.

La cuenta les ha salido errada: si se constituye el nuevo Banco será con capital de costumbres honestas, es decir, desligado de la usura, que vendrá al país por una combinación financiera bastante aceptable. De ahí la agitación de nuestros oristas. Ven en la instalación de un Banco liberal la muerte de sus negocios usurarios; y así como los desesperaba la amenaza de una emisión inconvertible, que daría sangre nueva al comercio y a las industrias, los desespera ahora la perspectiva de una competencia insostenible con el capital distribuido libremente en el país.

Ingouvill anda cabizbajo; pero esta noticia debe alegrar al país, porque significa que la base de la dictadura metalista empieza a aflojar bajo la exigencia de las necesidades publicas.

Ingouvill ha pedido hoy una conferencia al Ministro de Hacienda. ¿Que buscará?

Podemos asegurar que si este caballero y sus satélites llegaran a obtener cualquier intervención en esos asuntos, la mayoría de la Cámara negaría absolutamente su voto a la pretendida transferencia de los privilegios del Banco Nacional.

Ya el país esta cansado de entregar estérilmente su sudor a esos cocineros de los banquitos de cambalache. Quiere un banco y lo tendrá.