Los árboles del Paraiso

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


Los árboles del Paraiso.

Examinábase de último año de teología un brillante joven á quien sus catedráticos tenían interés de desairar. Nada omitieron para obtener este resultado, y el dogma, la disciplina y la historia fueron apurados por los maestros y el discípulo, que en todo estuvo felicísimo. Viendo aquellos que la presa se les iba de las manos, trataron de sorprender á nuestro escolar, y el mas severo le preguntó:

— Dígame V.; ¿qué distribución, qué orden guardaban entre sí los árboles del Paraiso terrenal?

El teólogo, sin vacilar, y señalando á cada uno de sus examinadores, respondió:

— Aquí habia un alcornoque, allá un camueso, raas allá un naranjo.

— Basta, basta, dijeron con prontitud. Estamos satisfechos.