Elenco
​Loa a Fieras afemina amor​ de Pedro Calderón de la Barca
Loa

Loa

Fundose el pórtico del teatro, de orden compuesta sobre cuatro colunas, de bien imitada piedra lázuli, cuyas cañas estaban adornadas a trechos de resaltados bollos de oro y, en su correspondencia, dorados sus capiteles y sus basas. Conque, siguiendo la orden, corría la cornisa enriquecida a partes de los mismos bollos, mascarones y cornucopias; en ella descansaban unas volutas, de quien pedían varios festones que, dando vuelta a los modillones, recibían el cerramiento del frontis, de quien era clave una medalla de relieve guarnecida de hojas de laurel con cuatro mascarones y otros adornos que la dividían en igual compartimiento. Dentro della estaba un caballo con alas cuya velocidad enfrenaba galán joven, no sin algunas señas de Mercurio, dios del ingenio, así en el caduco como en las plumas de capacete y los talares, hieroglíflico del que, osadamente vano, intenta sofrenar al vulgo. A los lados del pórtico, entre coluna y coluna, estaban en sus ninchos dos estatuas, al parecer de bronce, que, haciendo viso al héroe de la fábula, halagando una a un león y otra a un tigre, significaban el valor y la osadía. Todo este frontispicio cerraba una cortina en cuyo primer término, robustamente airoso, se vía Hércules, la clava en la mano, la piel al hombro y a las plantas monstruosas fieras, como despojos de sus ya vencidas luchas, pero no tan vencidas que no volase sobre él, en el segundo término, Cupido flechando el dardo, que en el asumpto de la fiesta había de ser desdoro de sus triunfos. Bien desde luego lo explicaba la inscripción, cuando en rotulados rasgos que partían entre los dos el aire, decía a un lado el castellano mote «Fieras afemina amor», y a otro el latino «Omnia vincit amor». Lo demás del campo que restaba a la cortina ocupaban pendientes festones de trofeos de guerra que, enlazados unos de otros, orlaban todo el lienzo sin perdonar pequeño espacio que no llenasen de hermosa variedad la arquitectura en sus diseños y la pintura en sus dibujos. En habiendo logrado la vista, por breve rato, ambos primores, empezó a lograr los suyos el oído, primero en sonoras chirimías y después en templados instrumentos, a cuyo compás, desde lo más alto del frontis, por detrás de la medalla, empezó a descubrirse, hecha una ascua de oro, una águila caudal con imperial corona, sobre cuyas batidas alas venía una ninfa que, rompiendo la cortina sin romperla, dio principio a la loa, como en voz del ÁGUILA, cantando.
ÁGUILA:

A los felices años
que, para dicha nuestra,
ya en estatuas de bronce,
ya en láminas de piedra,
con luces cuente el fuego,
el agua con arenas,
con átomos el aire
y con flores la tierra;
a los felices años
del águila suprema,
que más que en nuestras vidas
en nuestras almas reina:
la reina de las aves,
en dulce competencia
de cual es la que mira
al sol desde más cerca,
por lidiar más airosa,
que en duelos de nobleza
no hay ceño que milite
donde hay razón que venza,
viendo que es hoy el día
que su natal celebran,
llevar pretende a todos
la loa de la fiesta.
¿Qué ave, pues, será aquella
que en tanto empeño más me favorezca?

(Dentro el FÉNIX cantando.)
FÉNIX:

¿Quién puede ser sino el Fénix,
quien a ese obsequio se atreva?

(Dentro el PAVÓN cantando.)
PAVÓN:

¿Quién sino el Pavón ser puede,
quien a ese culto se ofrezca?

FÉNIX:

Que en festejo de años, nadie hay que pueda
asistir como el ave que los renueva.

FÉNIX:

Que en festejos de años de quien gobierna,
ave que toda es ojos, que asista es fuerza.

(Con estos versos por la entrecalle, que delante de la cortina formaban las colunas, salieron de ambos otras dos ninfas, una en un FÉNIX y otra en un PAVÓN, y moviéndose iguales, este sobre su nido y aquel sobre su hoguera, con los matices de sus plumas salpicadas de oro, se fueron acercando donde, suspensa el ÁGUILA en el aire, prosiguieron cantando.)
FÉNIX:

Símbolo del amor es
el Fénix que, en blanda hoguera,
fuego nace, fuego muere
y fuego otra vez se engendra.
Luego si afectos de amor
son los que a todos alientan,
y el amor, llama que nace
hija y madre de sí mesma,
en festejos de años nadie hay que pueda
asistir como el ave que los renueva.

PAVÓN:

Símbolo es de vigilancia
el Pavón, pues en su rueda
tantos ojos como plumas
a nunca dormir despierta.
Luego si los años son
de la que toda ojos vela,
y un corto festín no es más
que venir a cobrar fuerzas
para volver a la lucha,
¿quién puede dudar que sea
la vigilancia la más
interesada en que vuelva?
Conque, en fiesta de años de quien gobierna,
ave que toda es ojos, que asista es fuerza.

(Representando el FÉNIX.)
FÉNIX:

¿Primero que yo?

PAVÓN:

Primero.

ÁGUILA:

No más; que amantes contiendas
tienen de su guerra el lauro
tan al revés de otras guerras,
que canta por el rendido
la victoria la fineza.
Y puesto que a mí me toca
ajustar la conferencia,
¿qué, para mi fiesta, ofreces
tú?

FÉNIX:

Yo ofrezco para ella
el círculo de los años
que a siglos el Fénix cuenta:
de los meses se componen,
y como quien los sujeta
a que pasen sin su ruina,
haré que los doce vengan
en festivo parabién,
en alegre norabuena
del cumplimiento de este,
todos de gala y de fiesta.

ÁGUILA:

¿Y tú qué me ofreces?

PAVÓN:

Yo
te ofrezco la diferencia,
como se suele decir,
que va del cielo a la tierra;
que, pues del Pavón los ojos
Juno colocó en estrellas,
bien como familiar astro
de las demás luces bellas
haré que los doce signos
que en los doce meses reinan,
también de fiesta y de gala
para tu cortejo vengan.

ÁGUILA:

Luego mirando a un fin mesmo
las solicitudes vuestras,
sin que en los medios se estorben
puesto que de una es la tierra
teatro, de otra teatro el cielo,
fácilmente estáis compuestas.

LAS DOS:

¿Cómo?

ÁGUILA:

Aceptando de entrambas
yo el afecto; y así, en muestra
de justo agradecimiento,
al mes que en su signo tenga
para el asumpto de hoy
más favorable influencia,
de las plumas de mis alas,
que son de la suma lenguas,
le rizaré tal penacho
que, ceñido a su cimera
en tremolada guirnalda,
publique la preeminencia.

ÁGUILA:

Y para no perder tiempo,
mientras tú con voces tiernas
los meses convocas, tú
los Signos: yo de mis bellas
aves convocaré el canto
y, remontando ligeras
las alas, haré del aire
retirar las nubes densas,
corriendo al sol la cortina
para que mejor se vea
a un tiempo entrambos teatros.

FÉNIX:

Pues, ¿qué aguardas?

PAVÓN:

Pues, ¿qué esperas?

(Cantando el ÁGUILA.)
ÁGUILA:

¡Ha de la vaga región
del aire!

(Dentro el CORO 1º.)
CORO 1º:

¿Qué es lo que ordenas?

FÉNIX:

¡Ha de los siglos!

CORO 2º:

¿Qué mandas?

PAVÓN:

¡Ha de los astros!

CORO 3º:

¿Qué intentas?

ÁGUILA:

Que corras al sol la arrugada cortina.

FÉNIX:

Que juntes los meses que a edades los cuentan.

PAVÓN:

Que llames los signos que en ellos influyen.

LAS TRES:

Y todos digáis, en voces diversas,
que Carlos Segundo ofrece a su madre,
pues ella admitió de sus años la fiesta,
esta fïesta también a sus años:
que cumplan y gocen edades eternas.

(Todos y MÚSICA dentro.)
TODOS:

Pues todos digamos, en voces diversas,
que Carlos Segundo ofrece a su madre,
pues ella admitió de sus años la fiesta,
esta fïesta también a sus años:
que gocen y cumplan edades eternas;
cumplan y gocen edades eternas.


(Con esta repitición, superior el ÁGUILA a las dos, y elevadas las tres, midieron con la MÚSICA la distancia que había desde el tablado a la cornisa, llevándose tras sí, en arrugados pabellones, la cortina que, no sin cuidadoso desaliño, se escondió con ellas dejando descubierta la primera scena del teatro. Era su prespectiva de color de cielo hermoseado de nubes y celajes, y desde su primer bastidor hasta su foro, cuajadas de caladas estrellas que al movimiento de artificiales luces, obscureciendo unas y brillando otras, en luciente trovesura campeaban alternadas; sobre cuya vistosa inquietud de sombras y reflejos, estaban en el aire los doce signos, significados en doce hermosas ninfas: tenía cada una en la una mano, dibujado en trasparente escudo, su carácter, y en la otra una antorcha de cuya llama descendía un rayo de velillo de plata que, como influjo que inspiraba en ellos, le admitían los doce meses, significados también en doce airosos jóvenes que, al pie cada uno de su signo, formaban entre todos, en dos bandas, cuatro diagonales líneas, tiradas al centro con tan regular medida en su declinación las estatuas que, desmentidas unas de otras, dejaban verse todas. No fue menor adorno desta vistosa planta lo ataviado della, pues así las tres que corrieron la cortina, como los signos, los meses y los músicos que también acompañan a lo lejos, estaban todos uniformemente vestidos de azul y plata, con rizados penachos de plumas, blancas y azules, a cuyo aparato, después de haber repetido toda la MÚSICA los pasados versos, empezó la representación en esta forma.)

ENERO:

Yo que consagrado a Jano
tomé su nombre en la lengua
latina, pues Januario
y Enero una cosa es mesma,
añadiendo al nombre el cargo
de abrir y cerrar las puertas
del templo a los dos arbitrios
de la paz y de la guerra:
soy quien también las del año
abrí; y así, mi primera
estación es la que viene
a dar primera obediencia.

ACUARIO:

Y para que la guirnalda
él por mi influjo merezca,
soy yo su signo, de cuya
urna el agua se despeña
que inunda tierras y mares,
porque de Acuario se entienda
que la guerra o paz que Jano
ofrece a la providencia
política y militar
de la que hoy a todo atenta
acude a guerras y paces,
comprehende mares y tierras
en que imperiosa domine
y en quien vitoriosa venza.

FEBRERO:

La ciega gentilidad
de la India, en reverencia
de Febrero consagró,
viciada la frase nuestra,
templo al ídolo de Fabro
de cuyo altar le destierra
la fe de España: testigo
en Copacabana sea
su mayor culto en Febrero.
Luego preferirte es fuerza,
pues tú en un templo profano
tu mayor mérito asientas
y yo en un templo divino.

PISCIS:

Y añade que la influencia
del Piscis que te preside,
sin pasar a otra materia
más de la que da el carácter,
es preciso que prefiera
a la de Acuario, pues él
solo en el agua presenta
lo elemental que ni anima
ni vive; yo ofrezco en ella
todo el mudo vasallaje
de sus peces, de manera
que hay, de un don a otro, lo que hay
de una luz viva a una muerta.

MARZO:

Aunque pudiera ofenderme
que los dos a hablar se atrevan,
primero que Marzo, en quien
el año solar empieza,
no le he de hacer; que no es
cuestión deste lugar, esta.
La de pretender el premio
sí; y el que a mí se me deba
preciso es, pues siendo yo
el que en la veloz carrera
del sol las noches iguala
y días que representan
vicios y virtudes, soy
tribunal de la prudencia,
de quien los vicios castiga
y quien las virtudes premia.

ARIETE:

No digas quién es, que yo
lo diga mejor por señas
que tú por palabras: ved
de donde un cordero cuelga
que, en la tusón del ariete,
dorados vellones peina;
vereisla de su collar
siempre a los rayos atenta.

ABRIL:

Buenas son tus señas; pero
Abril dará otras tan buenas
cuando al cristal de su espejo
componga la primavera
todas sus flores, de quien,
como la rosa, es la reina.

TAURO:

Y tan reina como el signo
de Europa en su toro muestra;
pues, como alguien dijo, en campos
de zafir paciendo estrellas,
desde los puertos de Europa,
golfos de pluma navega
hasta donde no hay remoto
clima en quien imperio no tenga.

MAYO:

Eso de flores, Abril,
toca al Mayo; que si engendras
tú en botón púrpura y nieve
de claveles y azucenas,
que hieroglíficos son
de majestad y pureza,
yo saco tu embrión a luz;
y siendo así que concuerdan
en un sentido las flores,
y las virtudes...

GÉMINIS:

Espera,
que eso mejor en su abrazo
Géminis lo manifiesta,
nacer la paz en el cielo
y la verdad en la tierra.
Sagrado cántico dice,
donde prosigue la letra,
que la verdad y la paz
se abrazaron luego, en muestra
de ser, las virtudes, hijas
del cielo y las flores bellas
de la tierra; y abrazarse,
bien el Géminis lo prueba
en dos abrazados niños,
símbolos de la inocencia.

JUNIO:

Junio contiene el mayor
día del año.

CANCRO:

Esa evidencia
diga el trópico de Cancro,
en cuya exaltación llega
a su auge el sol.

JUNIO:

Pues siendo
así, ¿quién habrá que ofrezca
al sol de España más sol,
que a par suyo resplandezca?

JULIO:

Harto sol la ofrece Julio;
y, cuando algo descaezca,
lo crece en la estimación,
por ser como es, mes que impera
a césares consagrado,
después que, por Julio César,
Julio se llamó.

AGOSTO:

No es
gran prerrogativa esa,
que Agosto también de Augusto
el nombre tomó.

LEÓN:

Pues sea,
si esa no es prerrogativa
ser su signo el León, empresa
de los Católicos Reyes
de España.

AGOSTO:

Tampoco en esa,
Julio, a Agosto excedes, pues
es mi signo pura, honesta
virgen, empresa también
de sus católicas reinas.

SETIEMBRE:

Setiembre, noches y días
vuelve a igualar, y así es fuerza
que de vicios y virtudes
también la práctica vuelva.

LIBRA:

Mas con una circunstancia:
que si en su equinocio premia
Aries virtudes, y vicios
castiga, en el suyo pesa
Libra, al fiel de sus balanzas,
lo recto de sus sentencias;
siendo allá, la igual justicia,
práctica y aquí experiencia.

NOVIEMBRE:

Octubre, ¿por qué no hablas
para que yo te suceda?

OCTUBRE:

Porque en el silencio fío
yo mi mayor excelencia,
con que he de exceder a todos.

TODOS:

¿Cómo?

ESCORPIÓN:

Con razón bien cuerda;
que viendo que el Escorpión
su signo es, es advertencia
que la lengua de Escorpión
en tanto asumpto enmudezca.

NOVIEMBRE:

Mal hoy su veneno temes,
pues para que no le temas,
Noviembre a su Sagitario
de Amor le ha dado las flechas,
hurtándolas a su aljaba.

SAGITARIO:

Y yo uso gozoso de ellas,
a fin de que todos hoy
las flechas del amor sientan.

DICIEMBRE:

Dichoso yo, pues a mí
tan desacordada llega
la cuestión de una razón
que, alegándola cualquiera
de los que la tienen, antes
que a mí llegara, tuviera
merecida la guirnalda.

TODOS:

¿Qué razón puede ser esa?

DICIEMBRE:

¿Vosotros setentrionales
signos no sois?

LOS SEIS:

Cosa es cierta.

DICIEMBRE:

¿Australes signos vosotros
no sois?

LOS OTROS SEIS:

Sí.

DICIEMBRE:

Pues, ¿qué imprudencia
es, valiéndoos de otras causas,
haberos dejado esta?
Y, pues no acaso la suma
influencia de influencias
que sobre los astros manda,
para el Capricornio deja
la mayor prerrogativa,
más heroica y más excelsa
de todos los Signos: yo
permite que los venza.

DICIEMBRE:

¿No es el Austro de quien vino
el Rey? ¿Las sagradas letras
no cantan y el rey del Austro
no es quien, de Jano, las puertas
abre a la guerra y la paz,
arbitrio de paz y guerra
como de tierras y mares?
¿No es el que la fe sustenta
en remotos climas? ¿No es
el que del ariete cuelga
el vellón en hilos de oro?
¿No es el que en flores diversas,
significando virtudes
y vicios que tras sí llevan,
días y noches iguala?
¿No goza de Augusto y César
en España y Alemania
blasones? ¿No es el que llega
a conseguir, nivelando
justicia a un tiempo y clemencia,
que el Sagitario enamore
y el Escorpión enmudezca?

DICIEMBRE:

Luego al Diciembre, que es
quien solo lo austral alega,
se le debe la guirnalda;
que a la voz de ave que vela
y de ave que es toda amor,
el águila real presenta
hoy al águila imperial
cuando...

ENERO:

Aguarda.

FEBRERO:

Escucha.

MARZO:

Espera.

ABRIL:

¿Cómo siendo tú el más pobre
mes de luz...

MAYO:

... en quien se abrevian
los días...

JUNIO:

... en quien se duda
muchos dellos si amanezcan...

JULIO:

... mayormente el veinte y uno...

AGOSTO:

... que en la regular tarea
del sol, es de todo el año
el menor...

TODOS:

... vencer intentas
a todos?

DICIEMBRE:

Como hay razón.

TODOS:

¿Qué razón puede ser?

DICIEMBRE:

Esta:
Viendo el sol cuán agraviado
tenía al día que su bella
luz menos se participa,
desagraviando la ofensa,
quiso que naciese en él
sol que más que él resplandezca;
y así nació María-Ana
a suplir del sol la ausencia.

ENERO:

Aunque esa razón a todos
es justo que nos convenza,
no podrás negar a Enero
la parte que hoy tiene en ella;
pues ya que fue tuyo el día,
viene a ser suya la fiesta.

DICIEMBRE:

Engáñaste, que no acaso
fue el que yo en ti la transfiera
con no menos digna causa.

ENERO:

¿Cómo?

DICIEMBRE:

De aquesta manera:
viendo cuán cercana estaba
la florida aurora tierna
de la hermosa María Antonia,
tan peregrina, tan bella,
que hija de la Margarita
se califica de perla;
y viendo que era de Carlos
el obsequio, fue advertencia,
anticipando en sus años
la ventura que se espera,
dejar yo pasar el día,
puesto que siempre se queda
a ser mío, porque fuese
a dos luces la fineza,
como amante de su madre
y galán de su belleza.

ENERO:

A esa razón, confesarte
vencedor es la respuesta.

(Todos los MÚSICOS.)
MÚSICOS:

¡Viva el Diciembre!

ACUARIO:

Nosotros,
pues mejor sol nos espera
ya en la tierra, que ilumine
nuestros influjos, a ella
descendamos.

(Todos los SIGNOS.)
SIGNOS:

Descendamos,
diciendo en voces diversas...

MÚSICA:

Pues que nos da mejor sol
Diciembre en mejor esfera,
que viva, que reine, que triunfe y que venza.

(Bajaron los signos al tablado y, mezclados con los meses, compusieran una máscara, con varios lazos, al compás desta letra.)
MÚSICA:

Ya que la águila plumas
dio a su guirnalda bella,
la tierra con sus flores
la adorne y la guarnezca.
Las fuentes y instrumentos
en su aplauso prevengan
dulces cuerdas de plata
a cítaras de perlas.
En sus ecos los montes
templadas cajas sean,
y en su espacio los aires
clarines y trompetas.
¡Arma, arma! ¡Guerra, guerra!;
pero guerra amorosa,
que en paces se convierta.
¡Arma, arma! ¡Guerra, guerra!


(A esta batalla música, respondió la militar de cajas y trompetas; conque, sonando a un tiempo clarines y instrumentos y voces, y trocando lugares meses y signos, desaparecieron unos por el aire y otros por la tierra, en cuya confusa disonancia festiva dio fin la loa, transformándose la scena en un ameno bosque en cuya frondosa variedad, ya de vestidos troncos y ya de desnudas peñas, empezó su primera jornada la comedia.)