Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


Lo que es un oso.

Un niño de ocho años estaba siempre diciendo á su padre:

— Papaito, papaito, yo quiero ver un oso; enséñame lo que es un oso.

Volviendo un dia los dos de paseo, dijo el padre á su heredero:

— ¿Quieres, hijo mió, ver ahora un oso?

— Si, papaito, sí,

— Pues ven á este lado para no llamar la atención.

— ¿En dónde está, en dónde está?

— ¿Ves aquel joven elegante que está mirando á nuestros balcones?

— ¡Ah! ¡papaito! aquel es D. Arturo, el que va á ver á mamá cuando tú estás en la oficina.

— ¡De veras! ¿estás seguro?

— Vaya si lo estoy.

— Pues entonces, hijo mió, si quieres ver un oso, mirame á mí.