Lo bello
¿Qué es lo bello? dirán, es la grandeza
Que en las obras de Dios fúlgida brilla,
El trino de la cándida avecilla,
El susurro del céfiro sutil;
El suave murmurar del arroyuelo
Que entre piedras y juncos se desliza;
La blanca aurora cuya luz matiza
Las flores del Américó pensil;
El lánguido rumor de sus palmares,
Y de sus bosques la apacible sombra;
Del verde césped la mullida alfombra,
Y el ígneo fuego de su ardiente sol;
Es la lluvia de perlas que se advierte
En el ramaje de la selva umbría,
Cuando aparece luminoso el dia
Entre nubes de nácar y arrebol.
Sus cedros y sus ceibas colosales,
Su cielo azul, sus nítidas estrellas,
Y de sus hijas púdicas y bellas
La interesante gracia y el candor;
Es la sonrisa de inocente niño
En el regazo de una madre tierna,
El grato acento de la voz materna,
Acento dulce que respira amor.
La lumbre del crepúsculo que vaga
Entre las hojas del florido monte
Tiñendo de carmin el horizonte,
Y dando al mundo su postrer adios,
De la luna los pálidos destellos.
La calma y el silencio de natura,
Los ensueños de amor y de ventura
Que raudos llegan de la noche en pos.
La mirada fugaz y pasajera
De enamorada vírgen pudorosa,
Palabra sin sonido y misteriosa
Que calma de un amante la inquietud,
Y mas bello que el sol en el Oriente,
Mas que el cielo de Cuba y sus colores,
Mas bello que sus palmas y sus flores,
El sagrado explendor de la virtud
Si, que la luz de la virtud explende
De la existencia en el erial camino,
Y á su influjo dulcísimo y divino
Palpita de placer mi corazon.
Y en éstasis feliz arrebatada,
Al escuchar su acento sacrosanto,
Preludio mi laud, alzo mi canto,
Llena el alma de mística emocion.
Emocion celestial, pura, sublime,
Incomparable, misteriosa, ardierte,
Que no puede expresarse cual se siente,
Que nunca el labio definir podrá.
Que mitiga mis penas y dolores,
Y de entusiasmo férvido me llena;
Enaltece mi ser y lo enajena,
Y solo en el sepulcro cesará.