Liga de Vascos Españolistas - El Nuevo Partido


El Nuevo Partido


Las adhesiones

Suman ya varios millares las adhesiones al pensamiento del Sr. Arana-Goiri de fundar un magno partido vasco que trabaje por la felicidad de este pueblo, tomándolo tal y como está, es decir, anexionado a España, sin pretender ni remotamente separarlo de ésta.

Será probable que en la asamblea general fundadora tengan representación digna, además de muchos pueblos de Gipuzkoa y algunos de Nabarra y de Alaba, todos los pueblos de Bizkaya. Como en aquellas tres regiones no es tan conocida la labor de muchos años que el preso de Larrinaga ha realizado por su patria, las adhesiones que de ellas se reciben son relativamente escasas, ¡Cuánto de desear sería que se igualaran a las de su hermana Bizkaya! De esperar es que así lo hagan tan pronto como el partido, fundado y organizado y con programa concreto, se dé a conocer.

Causa verdadera satisfacción el ver cómo acuden a prestar su concurso a la obra restauradora vascos de todas las clases de la sociedad, pero causa aún mayor placer el dotar el gran número en que acuden los labradores de nuestros valles, los pescadores de nuestros puertos, los obreros de nuestros centros de población, la clase, en fin, que se llama baja, pero que sólo en el capital lo es en nuestro país, donde de ella ha heredado la denominada alta las virtudes quo todavía conserve.

Acudan, pues, todos los vascos, así los que viven del interés de sus capitales como los que comen del trabajo de sus brazos, lo mismo los jóvenes de dieciséis años que empiezan a estudiar o trabajar para ganarse la vida (pues desde esa edad se admite en el partido) como los ancianos de sesenta o setenta, que, cumplida la labor que les tocaba en el mundo, se retiran a descansar su mente y sus brazos en el hogar fundado o mantenido por ellos; acudan todos a alistarse en las filas de este partido, nuevo por su existencia, pero mucho más antiguo por su origen histórico-político que cuantos partidos españolistas han seguido hasta ahora los vascos; acudan todos a prestar con decisión y fe su concurso a esta magna empresa de levantar de su postración a la nación vasca, dentro del estado español, ya que sea forzoso desistir de resucitar de su muerte a los estados vascos.

Es claro, y no precisa advertirlo, que a la asamblea fundadora del partido sólo podrán asistir aquellos que hayan otorgado su voto de confianza al que ha concebido la idea de crearlo e informarlo y hace, a este fin, el llamamiento a sus hermanos: al Sr. Arana-Goiri.

Fuera de los que otorguen su adhesión al proyecto, nadie, si no es el delegado del Gobierno y la prensa (1), podrá entrar en el local de la asamblea, ni aun con el carácter de oyente o simple curioso.

Mas como, para adherirse, basta dar el nombre, será fácil que entre los inscriptos aparezca alguno que sea sospechoso, en cuyo caso habrá que eliminarlo, no convocándole. No se crea, sin embargo, que por haber figurado en otro partido, será nadie excluido; pues, dado que el que se crea es nuevo, síguese que todos sus fundadores han de ser por fuerza procedentes de algún otro que sea diferente o de ninguno.

Por lo demás, todos los adheridos serán convocados a su tiempo y todos los convocados tendrán igual derecho de voz y voto en la asamblea, con arreglo siempre al reglamento de ésta, el cual se dará a conocer de antemano.


(1) También a los señores Sacerdotes se les dejará libre la entrada y les estarán destinadas localidades especiales, para que puedan presenciar la Asamblea y enterarse del movimiento político-social del Pueblo cuya dirección espiritual les está encomendada.


El programa

El Sr. Arana-Goiri, recluido en prisión y falto, como es consiguiente, de datos y materiales para componer el programa en los distintos extremos que ha de abarcar, no lo tiene todavía sino concebido en su parte fundamental y sólo planeado en su desarrollo.

Si, como es de esperar, es absuelto en el juicio oral; ya próximo, se hallará en condiciones de consagrarse desde luego a darle forma y acabarlo.

Poco es lo que nos ha manifestado acerca del programa y permitídonos publicar; no tan poco, sin embargo, si se tiene en cuenta cuán equivocados resultan varios juicios que, según nuestras noticias, se han aventurado sobre el particular.

En el programa no se niegan los hechos etnológicos e históricos, pues que los hechos —dice el Sr. Arana-Goiri— no pueden negarse. Entre los hechos etnológicos se sienta el de constituir los vascos un pueblo o nación perfectamente distinto del español, como del francés o de cualquier otro pueblo o nación. Entre los históricos se da por supuesto el hecho de haberse hallado dividida la nación vasca en varios estados independientes entre sí e independientes del extranjero.

Pero, a pesar de dejarse consignados estos hechos, afírmase el derecho españolista, más claro, establécese la doctrina política de la anexión de esta parte del pueblo vasco al español para constituir un sólo estado, y trabajar dentro de éste por el bienestar moral y económico de la misma familia vasca.

Se reconoce, acepta y acata cordialmente la unidad política del estado español comprensiva de la región vasca; pero se rechaza con energía toda exótica influencia social que tienda a destruir el carácter o las costumbres del vasco. Renuncia el nuevo partido a la personalidad política del pueblo vasco: no a su personalidad étnica o social.

La nueva doctrina política comprende dos partes: una general, para todo el estado español; otra particular para la región vasca. Respecto de la parte general diremos sólo que, firmemente convencido el Sr. Arana-Goiri de que a un pueblo no deben importarle las personas que le gobiernen y legislen, sino sus actos (pues por el fruto se conoce el árbol, y no por el árbol el fruto), no fija adhesión a personas determinadas o a especiales formas de gobierno.

De suerte que las aspiraciones del nuevo partido podrán hallar realización, así en una España republicana como en una España monárquica, y lo mismo sea quienquiera el presidente en la primera o el rey en la segunda. Pues si ha de acatar la constitución vigente, para procurar dentro de sus límites cuantos beneficios pueda alcanzar para el Pueblo Vasco, con mayor razón ha de acatar la actual forma de gobierno en que éste es responsable y elegido por un monarca irresponsable, y con mayor aún a la persona del rey.

Reconocerá lo establecido, tal y como lo encuentra, para, con los mismos medios que la vigente constitución proporciona, promover grandes reformas en los distintos órdenes de la vida del estado, encaminadas al bien general de éste y al particular y especialísimo del Pueblo Vasco.

Es corolario y palpable de lo dicho que en el nuevo partido podrán caber a la vez monárquicos y republicanos, carlistas y dinásticos. Estas diferencias, como accidentales en el seno de una asociación de miras amplias y muy superiores a esas aspiraciones de detalle, no serán más sensibles partido ni visibles para los extraños a éste, que lo que son para nuestra retina las grandes manchas que en la ígnea fotosfera solar descúbranse sólo con el auxilio de potentes telescopios. Unas y otras tendencias políticas podrán hallar en las conquistas del nuevo partido cumplida satisfacción a gran parte de sus ideales; a todos aquellos que precisamente constituyen el fin de que son ellas simplemente medios.

Cuanto a la parte especial del programa, habrá de acomodarse a dos atenciones principales: al carácter vasco, estudiado en su actual modo de ser y en su historia, y a los modernos tiempos.

Y si decimos que a ésta adaptación a moldes perfectamente nuevos reúne la doctrina política del partido en proyecto el ser rigurosamente histórico su fundamento, se comprenderá cuán superior es a cuantas hasta la aparición del nacionalismo han distraído a los vascos.

Según el Sr. Arana-Goiri se propone demostrar en su día, los programas carlista, fuerista, integrista y, en fin, todos los que han sustentado la restauración de los Fueros, ni han tenido fundamento histórico, por no saber hacer de España el caso omiso necesario para hallarlo, ni, al incluir en el estado español al pueblo vasco, han sabido adaptar éste a aquél, por pretender ciertas exenciones, con un empeño verdaderamente ridículo por lo odiosos que venían forzosamente a ser, para las demás porciones del estado, los tales privilegios.

También en la parte relativa a las relaciones entre la Iglesia y el Estado y en la cuestión que hoy se llama social y que, con uno u otro nombre, siempre ha existido y siempre existirá, se apartará el programa de todos los conocidos y de todas las situaciones de derecho que la historia nos recuerda o al presente tienen realidad, para procurar satisfacer amplia y francamente las necesidades que hoy so sienten y las legítimas tendencias que ya marcadamente se manifiestan.

Un programa tan nuevo y tan inspirado en el amor a la raza vasca y a la justicia, estamos seguros de que ha de satisfacer las posibles aspiraciones de cuantos sientan en sus almas ese doble sentimiento, que es el que más puede honrarlos como a vascos y como a hombres.


La organización

Así como el vigor de un cuerpo orgánico depende de la salud e integridad de cada uno de sus órganos y del equilibrio y la armonía que entre sí guarden en sus respectivas funciones, así la fuerza de un partido estriba en la buena calidad y disposición de sus elementos orgánicos y en el orden armónico con que funcionen en su común cometido de darle vitalidad y energía.

Un partido político, a juicio del señor Arana-Goiri, es tan cuerpo organizado como un estado, de suerte, que sus organismos principales son idénticos a los de éste, y las mismas las funciones con que concurren a integrarlo.

Dado esto, la organización del nuevo partido ha de ser semejante a la organización política de los extinctos estados vascos, mas perfeccionada con arreglo a las últimas conclusiones del derecho político, que, a la verdad y para honor de los vascos, sólo accidentalmente, la modifican.

Como el pueblo en el estado, así en el nuevo partido será el conjunto de afiliados el que designe a las personas que han de ejercer en él los cargos de autoridad, y residencie a aquellas que haya delegado para funciones que directamente no le corresponde desempeñar.

Siendo eminentemente democrática su constitución, no se dará el caso, común a los demás partidos españolistas, de estar sujeto a la voluntad particular de un jefe o de una junta de individuos determinados, que, gozando de una absoluta inmunidad, rijan el partido a su arbitrio, a salvo de toda superior sanción.

La junta general de asociados se reservará los poderes constitutivo y legislativo, y encomendará los ejecutivo y judicial a individuos delegados por ella, elegidos periódicamente y que serán residenciados por la misma al dejar sus cargos.

El proyecto de constitución orgánica alcanzará también a las relaciones exteriores del partido, a saber, a las que haya de guardar con los vascos establecidos en otros estados, y a las que medien entre él y los otros partidos políticos del estado español, comprendiéndose en éstos tanto los demás partidos españolistas que han hecho su asiento en el país vasco, como los regionalistas de fuera del mismo. De modo que, entre sus relaciones exteriores, serán las de simpatía de dos clases: unas, de fraternidad natural, y son las puramente sociales o étnicas que ha de entablar con los vascos de allende el Bidasoa y Pirineo, que son ciudadanos de Francia, y con los naturalizados en otros estados; otras, de convenio positivo, y son las verdaderamente políticas que podrán unirle con partidos que trabajen en otras regiones del estado español por aspiraciones de carácter general que sean idénticas o afines.

Las representaciones de las cuatro provincias so regirán dentro del partido de un modo independiente y armónico a la vez: con independencia mutua para los asuntos interiores y propios de cada provincia; con armonía y unidad en las cuestiones interiores de carácter común, y en todas las exteriores, ya se refieran a la esfera oficial, ya a la de relaciones privadas.


El plan de ordenación

Reduciéndose el voto de confianza (1) que se otorga al sr. Arana-Goiri a encomendar a éste: 1º) la redacción del proyecto de programa y del proyecto de organización; 2º) la formación y cumplimiento del necesario reglamento para la celebración de la asamblea; y 3º) la dirección o presidencia consiguiente de ésta. Es claro que, como queda dicho, tanto el programa como la organización del nuevo partido han de ser aquellos que resulten adoptados por la mayoría de las voluntades concurrentes a la asamblea.

De aquí que, mucho antes de celebrarse ésta, han de remitirse a cada adherido un ejemplar impreso del proyecto de programa y otro del de organización, a fin de que cada cual pueda estudiarlos, conocerlos y formarse en cada punto juicio propio.

Mas, como ni esto sería bastante para que el resultado de la Asamblea fuese producto de la debida ilustración de sus miembros en las cuestiones a trata, y porque, además sería conveniente evitar en lo posible las discusiones orales, que suelen ser soporíferas y causar divagaciones que distraen y confusiones que perjudican, el señor Arana-Goiri se propone nombrar, con la oportuna antelación, dos comisiones, encargada la una de emitir dictamen acerca del proyecto de programa, y la otra acerca del de organización del partido.

Cada una de estas comisiones se compondrá de una sección técnica, que será la ponente, y una junta deliberativa, que será la que decida qué enmiendas de las propuestas por aquélla han de someterse a la deliberación de la asamblea. La. sección técnica se compondrá de personas competentes, y la deliberativa, de individuos de todas las clases sociales.

Aparte de esto, cada adherido podrá, dentro del plazo que se fije, formular en escrito conciso la enmienda que estime oportuno proponer a la asamblea. respectó de cualquier artículo de uno u otro proyecto.

Tiempo antes de la asamblea cada adherido recibirá un ejemplar impreso de todas las enmiendas presentadas, tanto las de las comisiones como las particulares de los individuos.

De este modo, el día de la asamblea todos los miembros de ésta conocerán ambos proyectos y cuantas enmiendas de ellos se propongan; y así las resoluciones se llevarán a. cabo con rapidez, sin inútiles discusiones y mediando una completa ilustración de todos los asambleístas (y esto es lo principal) en cada uno de los asuntos que se sometan a votación.

El objeto de la asamblea, por lo tanto, casi se reduce a conocer la voluntad de la mayoría, puesto que antes de reunirse podrán ya todos los convocados tener formado juicio y criterio en cada una de las cuestiones.


(1) Para los que hoy son nacionalistas significa este voto algo más: significa que con él renuncian a la finalidad del nacionalismo (entendiéndose por él la independencia del Pueblo Vasco), en la confianza de que el Sr. Arana-Goiri, que a él los condujo, ha de mostrarles otro camino por el que puedan recabar para su Patria bienes más fáciles de conseguirse y, por lo tanto, más positivos que el que pretendían alcanzar, que era tan remoto como se presentaba dificilísimo el llegar a la independencia en que habría de realizarse (NOTA DE LA REDACCIÓN).


La asamblea

La asamblea celebrará probablemente dos sesiones. En la primera se discutirá. y acordará el programa, artículo por artículo y por mayoría de votos. En la segunda se discutirá y acordará la organización del partido en la misma forma de votación, haciéndose, también por elección general, los nombramientos oportunos.

Quizás alguna de estas dos sesiones sea preciso subdividirla en varias. El tiempo que se invierta aumentará conforme el número de votantes y el de enmiendas que se presenten.

Todas las votaciones serán secretas, para evitar viciosas consideraciones para con las personas.

Terminada la primera sesión, será el momento de que retiren sus nombres, en el plazo y del modo privado que se fijará, quienes no estén conformes con el programa acordado; y con los restantes quedará constituido el nuevo partido, honrándolos éste con el título de fundadores.

Las puertas del partido se abrirán desde entonces para todo el que quiera entrar la en él conformándose con el programa y la organización acordados.

El Visto Bueno.- Recordando que no todos los artículos que en LA PATRIA han aparecido referentes al nuevo partido han interpretado fielmente el pensamiento del Sr. Arana-Goiri, la Junta que suscribe, encargada de recibir las adhesiones, ha creído oportuno, hoy que puede dar esta extensa información, pedir a dicho señor el Vº Bº de la misma, a fin de que se tenga confianza absoluta en la autenticidad y exactitud de lo que queda expuesto.

LA JUNTA.

Vº Bº ARANA-GOIRI.


Nota bene

Creemos han de bastar las anteriores declaraciones para que todo el que haya desconfiado de que el partido nacionalista renuncia a los ideales que hasta ahora ha sustentado con este nombre, se convenza de la sinceridad de estos propósitos: pues es de creer que entre los miles de adhesiones recibidas habrá un número considerable de procedencia nacionalista, y es de esperar acudan pronto los que aún falten.

Bastarán también aquellas manifestaciones para que los vascos patriotas se convenzan, a su vez, de que no se trata de renegar de la Patria, sino de renunciar a pretender su independencia para proporcionarle más asequibles bienes, y se persuadan a prestar su concurso al nuevo partido, que sólo de los patriotas puede esperar existencia robusta, vasto desarrollo y vida próspera.

LA REDACCIÓN.


“La Patria” Periódico Semanal, nº 53. Bilbao, 26 de octubre de 1902.