Libro de los doce sabios: 02

Libro de los doce sabios
Tratado de la nobleza y lealtad
Capítulos I - X

Capítulo I. De las cosas que los sabios dicen y declaran en lo de la lealtad editar

Y comenzaron sus dichos estos sabios, de los cuales eran algunos dellos grandes filósofos y otros dellos de santa vida. Y dijo el primero sabio dellos: "Lealtad es muro firme y ensalzamiento de ganancia". El segundo sabio dijo: «Lealtad es morada por siempre y hermosa nombradía.» El tercero sabio dijo: "Lealtad es ramo fuerte y que las ramas dan en el cielo y las raíces a los abismos". El cuarto sabio dijo: "Lealtad es prado hermoso y verdura sin sequedad". El quinto sabio dijo: "Lealtad es espacio de corazón y nobleza de voluntad". El sexto sabio dijo: "Lealtad es vida segura y muerte honrada". El seteno sabio dijo: "Lealtad es vergel de los sabios y sepultura de los malos". El octavo sabio dijo: "Lealtad es madre de las virtudes, y fortaleza no corrompida". El noveno sabio dijo: "Lealtad es hermosa armadura y alegría de corazón y consolación de pobreza". El décimo sabio dijo: "Lealtad es señora de las conquistas y madre de los secretos y confirmación de buenos juicios". El onceavo sabio dijo: "Lealtad es camino de paraíso y vía de los nobles, espejo de la hidalguía". El doceno sabio dijo: "Lealtad es movimiento espiritual, loor mundanal, arca de durable tesoro, apuramiento de nobleza, raíz de bondad, destrucción de maldad, profesión de seso, juicio hermoso, secreto limpio, vergel de muchas flores, libro de todas ciencias, cámara de caballería".


Capítulo II. De lo que los sabios dicen en lo de la codicia editar

Desde que hubieron hablado en lo de la lealtad, dijeron de codicia. Y dijo el primer sabio: "Codicia es cosa infernal, morada de avaricia, cimiento de soberbia, árbol de lujuria, movimiento de envidia". El segundo sabio dijo: "Codicia es sepultura de virtudes, pensamiento de vanidad". El tercero sabio dijo: "Codicia es camino de dolor y simiente de arenal". El cuarto sabio dijo: "Codicia es apartamiento de placer, y vasca de corazón". El quinto sabio dijo: "Codicia es camino de dolor, y es árbol sin fruto, y casa sin cimiento". El sexto sabio dijo: "Codicia es dolencia sin medicina". El seteno sabio dijo: "Codicia es voluntad no saciable, pozo de abismo". El octavo sabio dijo: "Codicia es fallecimiento de seso, juicio corrompido, rama seca". El noveno sabio dijo: "Codicia es fuente sin agua, y río sin vado". El décimo sabio dijo: "Codicia es compañía del diablo, y raíz de todas maldades". El onceavo sabio dijo: "Codicia es camino de desesperación, cercana de la muerte". El doceno sabio dijo: "Codicia es señoría flaca, placer con pesar, vida con muerte, amor sin esperanza, espejo sin lumbre, fuego de pajas, cama de tristeza, arrebato de voluntad, deseo prolongado, aborrecimiento de los sabios".


Capítulo III. Que el rey o regidor de reino debe ser de la sangre real editar

Primeramente dijeron estos sabios que fuese de la sangre real, por cuanto no sería cosa cumplidera ni razonable que el menor rigiese al mayor, ni el siervo al señor. Y más razón es que el grado dependa de la persona que la persona del grado. Y cualquiera que ha de regir reino, requiere a su señoría que sea de mayor linaje y de más estado que los que han de ser por él regidos, porque a cada uno no sea grave de recibir pena o galardón por el bien o mal que hiciere, y no hayan a menguar los súbditos a su regimiento de ser regidos y castigados por él, ni de ir so su bandera cuando cumpliere.


Capítulo IV. Que debe ser el rey fuerte y poderoso editar

Dijeron que cumplía que fuese fuerte y poderoso y esforzado y enviso. Y razonable es que el que no ha poderío no ha lugar de cumplir justicia, ni de regir ni hacer ninguna cosa de las que a regimiento de reino pertenecen, que puesto que sea de sangre real, si poderío no ha, no podrá regir los poderosos ni los flacos tan solamente. Que el oficio la persona lo hace ser grande o menguado según la cantidad o calidad del que lo oficia, como ya hayamos visto muchos de sangre real y aún reyes y príncipes. Y porque no son poderosos, son en gran caimiento y perdimiento, y en gran pobreza, y afrentados y sojuzgados de otros de menos linaje que ellos. Y si han estas dos y no es esforzado y fuerte, no le aprovecharía, que sin esfuerzo no puede ser hecha ni acabada ninguna cosa buena ni mala, como la cobardía sea la cosa más vil y menos temida que todas las del mundo. Y por esfuerzo y fortaleza vimos acabados muchos grandes hechos y obras maravillosas. Y la fortuna de si misma ayuda a los osados. Y el que ha de regir reino si esfuerzo y fortaleza no hubiese, no podría venir en perfección de su regimiento ni dar fin a ningún buen hecho. Y los que con el reino tuviesen guerra, cobrarían osadía viéndolo más flaco y de poco esfuerzo y fortaleza, y muy de ligero podría el reino perecer cuando no tuviese cabecera buena, como muchas veces hayamos visto muchos reinos ser perdidos por haber rey o príncipe o regidor cobarde y flaco y de poco esfuerzo, y por contrario con esfuerzo y fortaleza llevar lo poco a lo mucho y lo menos a lo más, y ser defendidas muchas tierras por ello. Y el fuerte y esforzado lo temen y no se atreven a él los suyos ni los extraños, y más vence su nombre que el golpe de su espada. Mas no cumple que sea fuerte ni esforzado a las cosas flacas y de poco valor, que la fortaleza y esfuerzo se debe usar en sus tiempos y lugares debidos y convenientes que a gran hazaña o regimiento pertenezcan. Y que no haya temor de regir así al fuerte como al flaco. Donde dijo el filósofo: "Fortaleza es de si misma queja de atender la virtud del su nombre".

Capítulo V. Que habla de esfuerzo y fortaleza y de las virtudes que han editar

El primero sabio dellos dijo: "Esfuerzo y fortaleza son señores de las batallas". El segundo sabio dijo: "Esfuerzo y fortaleza son asociados de la fortuna". El tercero sabio dijo: "Esfuerzo y fortaleza son camino de buena andanza". El cuarto sabio dijo: "Esfuerzo y fortaleza son durable remembranza". El quinto sabio dijo: "El esfuerzo cometió y la fortaleza sostuvo las bienandanzas mundanales, y son así como ganar y defender, y por ende en el noble son singulares virtudes". Y dijo el sexto sabio: "Más demandado es el esfuerzo y fortaleza en los grandes que no en los pequeños, como todos hayan de guardar al capitán, y capitán sin esfuerzo es batalla vencida aunque hayan compañas fuertes y esforzadas". El seteno sabio dijo: "Esfuerzo y fortaleza son honra de los grandes y sometimiento de los pequeños". El octavo sabio dijo: "Esfuerzo y fortaleza son estado de los pobres y refrenamiento de los poderosos". El noveno sabio dijo: "Esfuerzo y fortaleza son gloria de voluntad, y grandeza de corazón". El deceno sabio dijo: "Esfuerzo y fortaleza son quebrantamiento de soberbia, y desfallecimiento de codicia, y vencimiento de locura". El onceavo sabio dijo: "Esfuerzo y fortaleza son cámara de caballería y ensalzamiento de señoría, temor a los caídos, fama honrosa, mundano ensalzamiento". Y por ende en los magníficos son gracias incomparables y muy cumplideras, como hallamos que todavía el esfuerzo y fortaleza fueron vencedores y no vencidos, mas cumple que sean templados con seso.


Capítulo VI. Que habla otra vez de como el rey debe ser sabio y enviso editar

Dijeron que fuese sabio y enviso, por cuanto muchos son sabedores y no vienen tan avisados a los hechos, que el aviso discierne e iguala en sus tiempos las obras que la sabiduría determina. Y son así en igualdad como voluntad y obra. Y la sabiduría ponemos que sea la voluntad y el aviso la obra. Y puesto que alguno tenga voluntad, si no la obra no es hecho acabado. Y por ende el aviso es discreción que iguala y obra en sus tiempos las cosas de sabiduría, y de necesario son y deben ser asociados sabiduría y aviso. Es virtud incomparable y maravillosa y muy cumplidera en el rey o príncipe o regidor, porque por ella pueda bien regir el reino y regimiento que le es encomendado, y dar pena a los malos y galardón a los buenos, y igualar y templar los hechos, y conocer los hechos y los tiempos, que muchas veces es necesario y cumplidero al príncipe o regidor matar al que lo no merece y soltar al que lo merece. Y puesto que poderío y esfuerzo y fortaleza sean tan altas y tan maravillosas cosas como hemos dicho, si sabiduría y aviso no ha el que las tiene, éstas ni otras no le podrían aprovechar, que muchas veces vimos muchas compañías poderosas y fuertes y esforzadas ser vencidas y conquistadas de muy pocas gentes por la poca sabiduría y aviso suyo y por el saber y aviso de los otros. Y la sabiduría y aviso dan a entender al que las tiene por dónde y cómo debe usar. Y el que es sabio y enviso no puede ser corrompido en sus hechos.

Donde dijo el primero sabio: "Sabiduría es muro no corrompido y claridad sin oscuridad". El segundo sabio dijo: "Sabiduría es cosa infinita y depende del infinito Dios". El tercero sabio dijo: "Sabiduría es espejo de los sabios, que mientras más se miran más hallan que mirar". El cuarto sabio dijo: "Sabiduría es destrucción de maldad y perfección de bondad". El quinto sabio dijo: "Sabiduría es tristeza a los malos y placer a los buenos.» El sexto sabio dijo: "Sabiduría es ensalzamiento del sol que calienta y beneficia el mundo". El seteno sabio dijo: "Sabiduría es árbol de todas flores y cámara de todas ciencias". El octavo sabio dijo: "Sabiduría es amor de todos amores, y agua de todas fuentes, y memoria de todas las gentes". El noveno sabio dijo: "Sabiduría es apartamiento de virtudes y carrera derecha del paraíso". El décimo sabio dijo: "Sabiduría es alcanzar hermosa consolación de pobreza, vergel de los sabios". El onceavo sabio dijo: "Sabiduría es señora no conocida, candela del alma, destrucción de los diablos". El doceno sabio dijo: "Sabiduría es cosa visible y perfección invisible, y sepultura de los malos, deseo de los buenos, juego de pelota, viva centella, amor con esperanza, ley de todos reyes, cobertura de todas menguas, manjar no negado, señoría infinita, piedra preciosa, arca de maravilloso tesoro, estabilidad firme, vida del mundo, más alta que lo alto, y más fonda que lo fondo, cerco redondo de que todos pueden trabar, no es escondida ni amenguada a los que la buscan, y es amiga de sus amigos y enemiga de sus enemigos". Y por ende quien sus fechas obra bien sabiamente y con buena ordenanza y aviso, de necesario acabará cuanto quisiere, y no le será cosa negada ni fuerte de hacer.

Capítulo VII. Que habla de la castidad y de las sus virtudes editar

Dijeron que fuese casto por cuanto castidad en el príncipe es una maravillosa virtud. Y no tan solamente aprovecha a los que la tienen mas a todos sus súbditos, por cuanto necesaria cosa es que los que han de complacer a alguna persona que sigan su voluntad y ordenanza, y hagan manera de obrar aquellas cosas que saben que son cercanas a su voluntad, por tal de haber la su gracia y merced, especialmente de los magníficos príncipes y reyes. Y como en espejo se catan las gentes en el príncipe o regidor casto, y ámanselo y lóanlo y codícianle todo bien, y ruegan a Dios por su vida, y no han duda que les tomará las mujeres ni las fijas ni les hará por ende deshonra ni mal. Y es muy cercano salvamento del alma, y maravilloso loor al mundo, y es extraña señoría y gracia de Dios en las batallas, como muchas veces hayamos visto los príncipes castos ser vencedores y nunca vencidos. Y tomemos ejemplo en el Duque Gudufré y en otros muchos príncipes cuantos y cuan grandes hechos y maravillosas cosas hicieron y acabaron por la castidad, lo cual las historias maravillosamente notifican. Y por la lujuria vimos perdidos muchos príncipes y reyes, y desheredados sus reinos, y muchas muertes y deshonras y perdimientos así de cuerpos como de almas de que damos ejemplo en el rey David y el destrucción que Dios hizo por su pecado, y en el rey Salamón que adoró los ídolos, y en Aristótiles y Virgilios, y en el rey Rodrigo que perdió la tierra de mar a mar, y en otros reyes y príncipes y sabedores que sería luengo de contar de que las historias dan testimonio.

Y por ende hablando de castidad dijo el primero sabio: "Castidad es vencimiento de maldad, espejo de alma, y corona del paraíso, señora de las batallas, precio de los reyes, especial gracia de Dios". El segundo sabio dijo: «Castidad es vida sin muerte y placer sin pesar.» El tercero sabio dijo: "Castidad es vencimiento de voluntad y gloriosa naturaleza". El cuarto sabio dijo: "Castidad es nobleza de corazón y lealtad de voluntad". El quinto sabio dijo: "Castidad es durable remembranza y perfecta bienaventuranza". El sexto sabio dijo: "Castidad es amiga de sus amigos y enemiga de sus enemigos, cimiento de nobleza, y tejado de virtudes". El seteno sabio dijo: "Castidad es acatamiento de los nobles y deseo de los ángeles", y dijo "Castidad es magnífica elección y muy acabada discreción". El octavo sabio dijo: "Castidad es memoria en el mundo, y juicio no corrompido". El noveno sabio dijo: "Castidad es verdura sin sequedad, y fuente de paraíso.» El décimo sabio dijo: "Castidad es animal amor y obra sin error". El onceavo sabio dijo: "Castidad es apuramiento de nobleza, elección de fe, templamiento de voluntad, morada limpia, y hermosa rosa oliente, puro diamante, amor de pueblo, consolación de los religiosos, gemido de los lujuriosos". Y por ende a todo príncipe o regidor es necesario la castidad, y es cosa cumplidera para el pueblo. Y si es en hombre mancebo y hermoso no puede ser más maravillosa su virtud.

Capítulo VIII. Que habla de la templanza y de como es medianera entre todas las cosas editar

Dijeron que fuese templado, por cuanto templanza es maravillosa virtud, y es medianera entre bien y mal, y es medio entre todas las cosas. Que si el señor o príncipe o regidor no remediase su saña con templamiento, muy de ligero podría hacer cosa en daño grande del pueblo, y de que se arrepintiese y por ventura no pudiese remediar. Y templando su saña y todos sus hechos, no hará cosa que sea de servicio de Dios y daño del pueblo, ante sus hechos serán siempre temidos y loados, y no le pueden ser reputados a mal.

Donde dijo el primer sabio: "Templanza es camino del bien, y adversaria del mal". El segundo sabio dijo: "Templanza es conocer alguno a Dios y a si mismo", y dijo "Templanza es espejo de virtudes y deshecho de maldades". El tercero sabio dijo: "Templanza es lección de seso y perfecta sabiduría". El cuarto sabio dijo: "Templanza es escudo acerado de confundimiento y destrucción de soberbia." El quinto sabio dijo: "Templanza es caimiento de codicia y apartamiento de ira". El sexto sabio dijo: "Templanza es compañera de vivir y enemiga de la muerte". El seteno sabio dijo: "Templanza es olvido de lujuria y lazo en que caen los diablos". El octavo sabio dijo: "Templanza es ciencia divinal y cercano salvamiento del alma". El noveno sabio dijo: "Templanza es morada segura y torre firme, loor de los sabios". El décimo sabio dijo: "Templanza es natural razón, y perfecta conmemoración, destrucción de los pecados, vía de bien obrar, puerta de paraíso". El onceavo sabio dijo: "Templanza es juicio verdadero, amigo de Dios y del mundo, familiar de los sesudos, enfrenamiento de los locos, remedio de malaventuranza, causa de bienaventuranza, secreto de los nobles, reino de los reyes, durable establecimiento, perfección de fe, aviso de los errados". Por ende a todo príncipe es necesaria la templanza. El que no es templado en sus hechos y da lugar a su saña no ha juicio de hombre y entre los sabios es llamado bestia salvaje.

Capítulo IX. Que el rey debe ser sañudo a los malos editar

Sañudo debe ser el rey o príncipe o regidor de reino contra los malos y contra aquellos que no guardan servicio de Dios, ni pro común de la tierra, y roban a los que poco pueden, y les toman lo suyo contra su voluntad o cometen o hacen traiciones o maldades, o yerran contra su persona no lo temiendo, y atreviéndose a él. Que el príncipe o rey o regidor que no es sañudo a los malos ni muestra los yerros a los que lo merecen, y no da por el mal pena y por el bien galardón no es digno de regimiento, que regidor de reino tanto quiere decir como pastor de las ovejas, que ha de dar vía por donde usen y vayan, destructor de los malos, enmendador de los malos usos y costumbres, rehacedor de los bienes, igualador de las discordias, veces con saña, veces con buena palabra, mostrador de las virtudes, destructor de los pecados, y pena de la maldad y gloria de la bondad, defensa de pueblo, poblador de tierra, pértiga de justicia. Y por ende le es cumplidera la saña contra los malos y crueles y desordenados en sus hechos, que el príncipe o señor en quien no hay saña o crueldad cuando cumple no puede bien regir reino, que cada uno se atreve a mal obrar en esfuerzo de no ser castigado. Y más temor pone la saña del rey o del regidor que es conocido por justicia que la justicia que hace o manda hacer, y más la debe mostrar a los grandes que a los pequeños, que ganado lo más, lo menos es cosa vencida. Y muy gran castigo es al pueblo ver quebrantada la soberbia de los grandes que ser sometidos a justicia. Razón clara y muy conocida es de que las obras pasadas dan testimonio.

Capítulo X. De como el rey o príncipe o regidor de reino debe aseñorearse de su pueblo editar

Otro sí cosa cumplidera y muy necesaria es al príncipe o rey o regidor del reino aseñorearse del pueblo, y que en sus tiempos y lugares convenientes sea tenido por señor, y conocido por los extraños que ante él vinieren en las señales de obediencia que vieren que le hacen los sus súbditos, y que sea temida su razón, y temido su nombre, y ninguno no hable de él a igualdad ni sin reverencia y humildad. Y más temido debe ser de los grandes que de los pequeños, y con mayor autoridad se debe aseñorear de ellos, y que todos teman su saña y hayan pavor de errar y enojar con sus maldades y yerros, que no cumple que sea igual a la viga que dio Júpiter a las ranas, que del golpe se asombraron y después subían encima della. Y que muy fuerte cosa es de mudar la costumbre, y muy más ligera cosa es de ponerla que de enmendarla, que si una vez pierden el miedo al rey o regidor del reino, atrévense a él y no lo temen después. Y lo que en el comienzo remediaría con sola palabra, no lo remediaría después matando y haciendo crueldades. Y por ende la doctrina priva a las veces a la mala naturaleza. Y todo rey o príncipe debe ordenar su señoría y regir su tierra en justicia, y aseñorearse de ella por manera que haya excusada la enmienda y arrepentimiento, pero no se tenga en tanto que deje de honrar los buenos y a los que lo merecen, a cada uno en su grado, veces con buena palabra, veces haciendo mercedes, que muchas veces las buenas obras hacen de los enemigos amigos. Más no espere amistad del enemigo que es sin causa y por desordenada voluntad, ni tarde la venganza do viere crecer el daño, que muchas veces queda la mancilla y no el lugar.