Libro de Buen Amor: 046C
Del castigo qu'el arçipreste da a las dueñas, e de los nombles del alcagüeta III
Como dise la fabla, que del sabio se saca,
que çedaçuelo nuevo tres días en estaca,
díxome esta vieja (por nombre ha Urraca)
que non querría ser más rapaça nin bellaca.
Yo le dixe como en juego: «Picaça parladera,
»non tomes el sendero, e dexes la carrera,
»sirve do avrás pro, pues sabes la manera,
»que non mengua cabestro a quien tiene çibera.»
Non me acordé estonçe d'esta chica parlilla,
que juga jugando dise el omen grand mansilla:
fue sañuda la vieja tanto que a maravilla,
toda la poridat fue luego descobrilla.
Fue la dueña guardada quanto su madre pudo,
non la podía ver así tan a menudo:
ayna yerra omen que non es aperçebudo;
o piensa bien qué fables, o calla, faste mudo,
probelo en Urraca, dótelo por consejo,
que nunca mal retrayas a furto nin en conçejo,
desque tu poridat yase en tu pellejo,
que como el verdadero non ay tan mal trebejo.
A la tal mensajera nunca le digas maça,
bien o mal como gorgee, nunca le digas picaça,
señuelo, cobertera, almadana, coraça,
aldaba, trainel, cabestro, nin almohaça.
Garabato, nin tía, cordel, nin cobertor,
escofina, avancuerda, nin rascador,
pala, agusadera, freno, nin corredor,
nin badil, nin tenasas, nin ansuelo pescador.
Campana, travilla, alcahueta, nin porra,
jáquima, adalid, nin guía, nin andorra,
nunca le digas trotera, aunque por ti corra:
creo, que si esto goardares, que la vieja te acorra.
Aguijón, escalera, nin avejón, nin losa,
traílla, nin trechón, nin registro, nin glosa:
desir todos sus nombles es a nos fuerte cosa,
nombles e maestrías más tienen que raposa.
Como dise un dicho, que coyta non ay ley
coytándome Amor, mi señor et mi rey,
doliéndome de la dueña mucho esto non crey
que estaba coytada como oveja sin grey.
Ove con la grand' coyta rogar a la mi vieja,
que quisies' perder saña de la mala conseja:
la liebre del covil sácala la comadreja,
de prieto fasen blanco, volviéndole la pelleja.
Alahe», dis', «arcipreste, vieja con coyta trota,
e tal fasedes vos, porque non tenedes otra,
tal vieja para vos guardadla, que conorta,
que mano besa ome, que la querría ver corta.
Nunca jamás vos contesca e lo que dixe apodo:
yo lo desdiré muy bien, e lo desfaré del todo,
así como se desfase entre los pies el lodo,
yo daré a todo çima, e lo traeré a rodo.