Libro de Buen Amor: 017
Enxiemplo de las ranas, en cómo demandavan rey a don Júpiter
Las ranas en un lago cantavan et jugavan,
cosa non las nusía, bien solteras andavan,
creyeron al diablo, que d'el mal se pagavan,
pidieron rey a don Júpiter, mucho gelo rogavan.
Embioles don Júpiter una biga de lagar
la mayor qu'é1 pudo; cayó en ese lugar,
el grand golpe del fuste fiso las ranas callar,
mas vieron que non era rey para las castigar.
Suben sobre la biga quantas podían sobir,
dixieron: 'Non es este rey para lo nos servir.'
Pidieron rey a don Júpiter, como lo solían pedir:
don Júpiter con saña óvolas de oír.
Embioles por su rey cigüeña mansillera,
cercava todo el lago, ansí fas' la ribera,
andando pico abierta, como era ventenera,
de dos en dos las ranas comía bien ligera.
Querellando a don Júpiter, dieron voçes las ranas:
'Señor, señor, acórrenos, tú que matas et sanas,
'el rey, que tú nos diste por nuestras voses vanas,
'danos muy malas tardes, et peores mañanas,
'su vientre nos sotierra, su pico nos estraga,
'de dos en dos nos come, nos abarca, et nos astraga;
'señor, tú nos defiende, señor, tú ya nos paga,
'danos la tu ayuda, tira de nos tu plaga.'
Respondioles don Júpiter: 'Tened lo que pidistes,
'el rey tan demandado por quantas voses distes,
'vengue vuestra locura, ca en poco tovistes
'ser libres et sin premia: reñid, pues lo quisistes.'
Quien tiene lo que l' cumple, con ello sea pagado,
quien puede ser suyo, non sea enagenado,
el que non toviere premia, non quiera ser premiado
libertad e soltura non es por oro complado.
Bien ansí acaesçe a todos tus contrallos
do son de sí señores, tórnanse tus vasallos;
tú después nunca piensas si non por astragallos,
en cuerpos e en almas así todos tragallos.
Queréllanse de ti, mas non les vales nada,
que tan presos los tienes en tu cadena doblada,
que non pueden partirse de tu vida penada,
responde a quien te llama, vete de mi posada
non quiero tu compaña, vete de aquí, varón:
das al cuerpo laseria, trabajo sin raçón,
de día et de noche eres fino ladrón,
quando omen está seguro, fúrtasle el coraçón.
En punto que lo furtas, luego lo enagenas,
dasle a quien non le ama, torméntasle con penas,
anda el coraçón sin cuerpo en tus cadenas,
pensando e sospirando por las cosas agenas.
Fáseslo andar volando, como la golondrina,
revuélveslo a menudo, tu mal non adevina,
oras coyda en su saña, oras en merselina,
de diversas maneras tu queja lo espina.
En un punto lo pones a jornadas tresientas,
anda todo el mundo, quando tú lo retientas,
déxasle solo et triste con muchas sobervientas,
a quien no l' quiere ni l' ama, siempre gela mientas.
Varón ¿qué has conmigo? ¿quál fue aquel mal debdo,
que tanto me persigues? Viénesme manso e quedo,
nunca me aperçibes de tu ojo nin del dedo,
dasme en el coraçón, triste fases del ledo.
Non te puedo prender; tanta es tu maestría
et magüer te presiese, creí que te non mataría,
tú cada que a mí prendes, tanta es tu orgullía,
sin piedad me matas de noche et de día.
Responde: ¿qué te fis', ¿por qué me non diste dicha?
En quantas que amé nin de la dueña bendicha
de quanto me prometíe, luego era desdicha,
en fuerte punto te vi, la hora fue maldicha.
Quanto más aquí estás, tanto más me asaño;
más fallo que te diga, veyendo quanto daño
siempre de ti me vino, con tu sotil engaño,
andas urdiendo siempre cobierto so mal paño.