Las vidas paralelas de Plutarco/Comparacion de Demetrio y Antonio

Nota: Se respeta la ortografía original de la época

COMPARACION DE DEMETRIO Y ANTONIO.


Pues que experimentaron ambos grandes mudanzas, examinemos primero lo relativo á su poder, á su lustre y dignidad: porque en el uno fueron hereditarios, y lo precedieron, habiendo sido Antigono el que más poder alcanzó entre los sucesores de Alejandro; como que antes de baHarse Demetrio en edad crecida, habia ya recorrido y sujetado la mayor parte del Asia; cuando Antonio, siendo hijo de un padre apreciable por otra parte, pero que no tenía nada de militar, ni por este término le trasmitió gloria alguna, tuvo la osadía de introducirse en el imperio de César, sin tener con él deudo ninguno de parentesco, y se constituyó á sí mismo en sucesor de lo que aquél habia trabajado y adquirido: habiendo subido á tanto su poder, sin otros medios que los que por sí tuvo, que siendo dos las partes que se hicieron de todo el imperio, se tomó y arrogó la una, la más brillante de ellas; y con hallarse ausente, por mano de solos sus ministros y lugartenientes venció muchas veces á los Partos, é hizo retirar hasta el mar Caspio á las naciones bárbaras del Cáucaso. Dan testimonio de su poder hasta aquellas cosas mismas de que se hace uso para desaereditarle; porque á Demetrio fué el padre quien tomóel empeño de darle por mujer á File, hija de Antipatro, que le excedia en edad, por ereer que era la que más le convenia; y en Antonio se miraba como cosa de ménos valer el matrimonio con Cleopatra, mujer que sobrepujaba en poder y en esplendor á todos los reyes de su tiempo, si se exceptúa Arsaces; y es que se hizo á sí mismo tan grande, que para los otros era digno de mayores honras que las que queria.

El intento y objeto. con que adquirieron el poder, de parte de Demetrio estaba exento de nola, siendo el de dominar y reinar sobre hombres acostumbrados á ser dominados, y que buscaban vivir bajo el mando de un rey; pero en Antonio era reprensible y tíránico, por cuanto aspiraba á esclavizar al pueblo romano, que acababa de sustraerse á la monarquia de César; y lo más grande é ilustre de cuanto hizo en su vida, esto es, la guerra contra Casio y Bruto, fué una guerra lidiada con el execrable fin de privar á la patria y á sus conciudadanos de la libertad; pero Demetrio antes de venir á sus inevitables infortunios se ocupó en libertar á la Grecia y en arrojar las guarniciones de las ciudades; y no como Antonio que se vanagloria de haber dado muerte en Macedonia á los que peleaban por volver la libertad á Roma. Una cosa hay que se alaba mucho en Antonio, que es su largueza y liberalidad; y sin embargo, en esta misma se le aventajaba tanto Demetrio, que á solos sus enemigos hizo tales dones, cuales no hizo nunca á sus amigos Antonio; y si se celebra en éste haber mandado envolver y dar sepultura á Bruto, aquél cuidó del entierro de todos los enemigos que habían muerto en la guerra; y restituyó á Tolomeo los cautivos con sus equipajes y con dádivas.

En la prosperidad eran ambos insolentes y dados al regalo y á las delicias; pero no podrá nadie decir de Demetrio que por e star entregado á los placeres y á los regocijos se le pasó la o casion; sino que cuando estaba de vagar y de ocio procura ba acumular los deleites; y Lamia, como la otra Lamia de la fábula, le servia de entretenimiento para llamar el sueño; pero cuando se trataba de las prevenciones de guerra, no tenia hiedra su lanza, ni su casco olía á mirra, ni tampoco partia á las batallas perfumado y florido desde el tocador; sino que dejando descansar los coros y danzas de Baco, se hacía, segun expresion de Aurípides, Activo alumno del profano Marte; y nunca por el placer ó la pereza se desgració negocio alguno; pero á Antonio, así como en las pinturas de Hércules vemos á Onfale que le quita la maza y desnuda de la piel del leon, de la misma manera desarmándole muchas veces Cleopatra y haciéndole halagos, le persuadia á desentenderse de grandes negocios y de las expediciones más precisas, para divertirse y entretenerse con ella en la ribera, junto á Canobo y Tafosiris. Finalmente, á la manera de Páris, retirándose de la batalla se acogia á su regazo; ó por mejor decir, Páris vencido huyó al tálamo; pero Antonio por seguir á Cleopatra se retiró y abandonó victoria.

A Demetrio, por otra parte, no le era prohibido tener á un tiempo muchas mujeres, sino que ya estaba desde Filipo y Alejandro recibido así por costumbre entre los reyes de Macedonia, como lo ejecutaron Lisimaco y Tolomeo; y á todas aquellas con quienes se casó las tuvo en aprecio y estimacion; pero Antonio no sólo estuvo casado con dos mujeres á la vez, cosa á que no se habia atrevido ántes ningun Romano, sino que á la natural de Roma, y legitima mujer, la echó de casa por complacer á la extranjera, con quien no estaba unido segun ley. Así, á aquél ningun mal le vino por sus casamientos, y á éste por los suyos los mayores. Mas en los hechos de Antonio nunca por su disolucion se vió una impiedad como la de Demetrio: pues siendo así que, sogun refieren los historiadores, en Atenas habia cuidado de apartar léjos de la ciudadela los perros, por ser los animales más desvergonzados para el acto de la generacion, Demetrio en el mismo templo de Minerva se solazaba con las mujeres públicas, y no se detenía en seducir á muchas mujeres principales; y áun e!

vicio que parece estar más distante de esta clase de complacencias y deleites, que es la crueldad, se mezcló en la disolucion de Demetrio, no dándosele nada, ó por mejor decir, precisando á que tuviera una muerte lastimosa el más bello y honesto jóven entre los Atenienses por huir de sus insultos. Para decirlo en pocas palabras, Antonio en su incontinencia sólo se agravió á sí mismo; Demetrio á otros.

Demetrio se condujo con sus padres y parientes de modo que nada hubo que censurar en él; pero Antonio entregó al hermano de su madre por sólo dar muerte á Ciceron: cosa en sí lan abominable y cruel, que no mereceria por ella perdon Antonio, aun cuando la muerte de Ciceron hubiera sido á precio de la salud del tio. Perjuraron uno y otro, y faltaron á la fe de los tratados, el uno apoderándose de Artabazo, y el otro dando muerte á Alejandro; pero aqual hecho en Antonio tiene un motivo conocido, que es haber sido abandonado y en cierta manera entregado por Artabazo en la Media; cuando de Demetrio dicen muchos que invento motivos falsos de acusacion para lo que ejecutó, siendo él el que injurió, y no quien se defendió de la injuria ajena. Mas de otra parte Demetrio fué él mismo el autor de sus victorias; y por el contrario Antonio en aquellas batallas en que no estuvo presente consiguió las mayores y más señaladas victorias por medio de sus lugartenientes.

Ambos decayeron de su alta fortuna por culpa propia, aunque no de la misma manera; sino el uno abandonado porque le hicieron desercion los Macedonios; y el otro abandonado porque huyó de la batalla, dejando en ella á á los que por él peleaban: de manera que el cargo del uno es haber hecho desobedientes á sus soldados; y el del otro haber perdido voluntariamente tan grande amor y lealtad.

Por lo que hace á la muerte, no es de alabar la de ninguno de los dos; pero es más reprensible la de Demetrio; porque no tuvo inconveniente en reducirse al estado de cautivo, y reputó á ganancia el estar preso tres años, sirviendo sólo al vino y á la gula como los animales; cuando Antonio, aunque fué de un modo cobarde, lastimoso y poco noble, por fin se quitó la vida antes que sufrir que su cuerpo cayera en poder de su enemigo.