Las tres sombras (19. siglo)
de Juan María Gutiérrez
LAS TRES SOMBRAS


(11 DE NOVIEMBRE - 21 DE OCTUBRE


***


A SUS AMIGOS,


D. JUSTO JOSÉ DE URQUIZA


Y


D. BARTOLOMÉ MITRE,



ROSARIO.


IMPRENTA DE "EL PROGRESO."

ADVERTENCIA.


Moreno, Belgrano y Luca; el publicista, el guerrero y el poeta de la revolucion, estuvieron iniciados en el pensamiento de esta, desde mucho antes que estallara en 1810. Son tres nombres simpáticos, tres glorias argentinas, al abrigo de todo reproche, por haber comprado á precio de una muerte temprana la fortuna de no ser participes en nuestras encarnizadas luchas civiles.

D. Estevan de Luca pereció, naufrago en uno de los barcos del Rio de la Plata. Es autor de las primeras canciones que convocaron al Pueblo !á la lid temprana contra sus tiranos". Mas tarde cantó las victorias de Chile y del Perú, señalándose entre sus composiciones, por la elevacion del lenguaje y las ideas, la que empieza así: "Alla en la cumbre de los altos Andes." Es el primero de nuestros poetas que haya vaticinado con admirable ciencia y filosofía los beneficios futuros de la paz, sostenida por las virtudes sociales y las buenas instituciones políticas.

El Sr. Luca fué Coronel de artillería, y habiéndosele encargado la direccipn de los trabajos comenzados por el ingeniero Monasterio, fundió cañones y morteros, y construyó armas blancas para dotar nuestros ejércitos del alto Perú y de la Banda Oriental.



LAS TRES SOMBRAS


11 de Noviembre, — 21 de Octubre.

Como susurro de la mar calmada,
El eco de los júbilos del dia,
En el alto reinado de la noche,
Lentamente espiraba. El aura leve,
Impregnada en incienso,
La última oscilacion repercutia
De la bandera de Maypú salvada;
Y soles de la idea, los luceros,
Fieles y misteriosos compañeros
Del vate y del soldado en la vigilia,
Como los ojos de su Dios velaban
Sobre el pueblo inmortal. Hora solemne
Era aquella y de paz. Hora en que el alma
Remonta la carrera de los tiempos,
Y de mirtos y laureles de de palma
Orla la sien de los varones grandes.
Hora de la justicia! -No a implorarla
Se acercan esas Sombras.- Reverentes,
Con apacible faz bañada en llanto
Los tres al pié del monumento llegan, 0
Y con la fe y el jubilo del santo,
Clamando ¡Patria! las rodillas pliegan.
Una llama del fósforo del genio
Las circunda á las tres en espirarles,
Y mirando hácia el cielo,
Así hablaron con lábios inmortales:-


***



LUCA.


¡Buenos Aires! mi frígida tumba
No ha extinguido el volcan de mi pecho,
Me levanto del liquido lecho,
Y mi lira resuena otra vez.
Yo he cantado tu gloria ó martirio,

Desde el fondo arenoso del Plata,

Al fragor que las ondas desata,
Al rugir del pampero cruél:
Aumenté su raudal con mi llanto,
Suspiré con su brisa fragante;—
Trovador ¡oh mi Diosa! constante,
Otro amor no cante que tu amor.
¿No eres tú la belleza soñada,
Cuando envuelta entre fajas azules,
Te coronas con cándidos tules
Sube el trono esplendente del sol?
Era Mayo —y en rápida rima,
Encendí la virtud en las almas,
Y batiendo anheloso las palmas
La bravura naciente alenté:
Y fundiendo en crisoles los bronces,
Y trocando el acero en puñales,
Preparé los guerreros anales
Y las cumbres del Andes mostró.
Oh! que dias aquellos tan bellos!
Perdonad mi jactancia, Señora;
Es la lira la que habla y que llora
En los labios del viejo cantor.
Si tornase la aurora de Mayo,
Si la antigua virtud renaciera,
En mis fibras sonores hiciera

Revivir mi entusiasta cancion.




MORENO.



Adolorido, inquieto el pensamiento,
Mas siempre esclavo de la fé primera,
He visto conmoverse en su cimiento
La creacion de juvenil quimira;
He visto la virtud falta de alien
Al resplandor de encarnizada hoguera;
Y si he llorado el mal, acariciando
La esperanza del bien, dormí esperando.
¿No era, de Dios interpretar las leyes,
No era, del hombre rescatar las almas,
El arrancar los cetros a los reyes
Y dar al pueblo soberano, palmas?

Al ocio dado y á los vicios crueles,

Postrado el génio en indolente calmas,—
Levantarse y luchar era el destino
Impuesto por el cielo al Argentino.
No hay valladar ni diques al torrente
Que de los dogmas del derecho brota;
No el misterioso dardo de la mente
Entre las mallas del error se embota.
De libertad la generosa fuente,
Las culpas lava de maldad remota,
Y bañados en ellas los esclavos
De su ominosa cruz rompen los clavos.
¿Con que placer mi corazon sediento,
En el aura vital que me rodea,
Se empapa en la virtud del sufrimiento
Que los sudores de mi afan orea!
Cumplido está de Mayo el pensamiento:
El lábaro de unión augusto ondea.
Abrígase en sus pliegues y á su sombra

El pueblo heroico cuya historia asombra.




BELGRANO.



Cual un rayo del cielo,
Electrizó mi brazo el verbo ardiente
Que el Tribuno lanzó sobre este suelo;
Y á la voz, obediente,
De "muerte o libertad" trepé la sierra.
Clamando ¡Libertad! clamando ¡Guerra!

Brotaron de la nada
Capitanes, cureñas y soldados;
Y en derredor de la bandera amada,
Llegaron denonados,
Cabalgando sus podtres de batalla,
Los esclavos de ayer canalla.

Cuánto se regocija,
Mi corazon patriótico, pensando
Que á los verdosos pies del Aconquija,
Debelé batallando,
Las porfiadas legiones invasoras,
De la tierra del sol antes señoras!

Vária fué mi fortuna,
Cual la fortuna de mi patria hermosa;

Ora alzada triunfante hasta la luna,

Ora por misteriosa
Mano humillada y en el polvo hundida,
Réproba de su Dios, por Dios ungida.

¡Misterio de la Historia!
Al abortar la tierra Pueblos grandes,
Se estremece entre llamas y entre escoria;
Como los rudos Andes,
Cuando al fuego de cráteres airados,

Engendran los metales codiciados.




LUCA.



¿Es verdad que abatiendo las crínes
El soberbio corcél desbocado,
De la heroica carrera cansado
Dobla el cuello y se rinde por fin?
Es verdad que la reina del mundo,
La Razon, en sus gradas erguida,
Tiende al pueblo argentino su egida
Y quebranta sus iras así?

Pavoroso cometa en el siglo
Se mostró consternando la esfera,
Y en su loca ferviente carrera
Derrumbóse rebelde á su Dios:
Pero nó, que la fuerza sublime
Del amor atrayente del cielo,
Refrenando al audaz en su vuelo,
Al errante bandido domó.

Así el pueblo que rompe los lazos
De una oscura y feroz servidumbre,
Entre sombras buscando la lumbre,
Se dementa sangriento tambien:
Mas al fin al dintel de la tumba,
Se transforma cual ángel caido
Y del caos como al mundo salido
Coronada nos muestra la sien,

Coronado te adoro y te aplaudo,
Redimido te admiro y te canto,
Bautizada en las fuentes del llanto,
¡Pueblo mio! te canto otra vez.
De mi lira la cuerda desecho

Que vibraba en mis odas guerreras,

Cuando en llanos, en bosques, en sierras,
Alcanzabas triunfante laurel.

Yo me engolfo en las nubes del tiempo,
Argonauta de dias mejores,
Y al través de risueños albores
Te contemplo grandioso y feliz.
Numerosos cual granos de arena,
Van cubriendo tus hijos la Pampa,
Y en los rios la imágen se estampa
De banderas celestes sin fin.

Entre nieblas cercanas descubro
Un enigma de gloria futura:
Las estrellas del Norte en la altura
Palidecen delante de un sol;
Y en la lengua de amor de mis padres,
Bajo clima do crecen palmeras,
Oigo ya las palabras severas—
Libertad, Democracia y Union.

De los mundos caducos, lejanos,
Llegaran hasta tí multitudes.
En demanda de ciencia y virtudes
En demanda de santa igualdad.
Como mar que otros mares absorve,
A tu seno fecundo y hermoso,
Las Naciones buscando reposo
Anhelosas y gratas vendrán.

Oh! que dias tan bellos esperan
A los hijos del hijo de Mayo!
De esa aurora desciende ya un rayo
Y su luz y calor siento yá.
¡Adios pueblo de llanto y de gloria!
Tu destino feliz me arrebata;
Desde el fondo produndo del Plata,
Siempre á ti mi cantar se alzará.



Asi las sombras en la noche hablaron
Mientras el pueblo al sueño se rendia,
Y al cielo remontaron,

En el vapor del alba que nacia.