Las tres musas últimas castellanas 100
La voluntad de Dios quiere eminente
que nos salvemos todos, ¡oh Licino!
No asista sola a tu fatal camino
de Dios la voluntad antecedente.
Merezca a su piedad la subsecuente,
tu virtud con su auxilio, y el divino
rayo preceda siempre matutino
a la noche envidiosa y delincuente.
¿Viste a Bellio caer precipitado
en las verdes promesas de la vida,
y en horror de suceso desdichado?
Prevenga tu conciencia tu partida:
que madruga la muerte en el pecado,
y antes será pasada que creída.