Las tres musas últimas castellanas 066
La profecía en su verdad quejarse,
la muerte en el desprecio enriquecerse,
el mar sobre sí propio enfurecerse,
y una tormenta en otra despeñarse.
Pronunciar su dolor, y lamentarse
el viento entre las peñas al romperse
desmayarse la luz, y anochecerse
es nombrar vuestro Padre y declararse.
Mas veros en un leño mal pulido,
Rey en sangrienta púrpura bañado,
sirviendo de martirio a vuestra Madre.
Dejado de un ladrón, de otro seguido,
tan solo, y pobre a no le haber nombrado,
dudaron gran Señor si tenéis Padre.