Las tres musas últimas castellanas 059

Soneto amoroso

(Las tres musas últimas castellanas)

de Francisco de Quevedo


Lloro mientras el sol alumbra, y cuando
descansan en silencio los mortales
torno a llorar; renuévanse mis males,
y así paso mi tiempo sollozando.


En triste humor los ojos voy gastando,
y el corazón en penas desiguales;
sólo a mí, entre los otros animales,
no me concede paz de Amor el bando.


Desde el un sol al otro, ¡ay, fe perdida!,
y de una sombra a otra, siempre lloro
en esta muerte que llamamos vida.


Perdí mi libertad y mi tesoro;
perdiose mi esperanza de atrevida.
¡Triste de mí, que mi verdugo adoro!