Las tres musas últimas castellanas 057

Soneto amoroso

(Las tres musas últimas castellanas)

de Francisco de Quevedo


Artificiosa flor, rica y hermosa,
que adornas a la misma primavera,
no temas que el color que tienes muera,
estando en una parte tan dichosa.


Siempre verde serás, siempre olorosa,
aunque despoje el cielo la ribera;
triunfarás del invierno y de la esfera,
envidiada de mí por venturosa.


Cuando caíste de su frente bella,
no te tuve por flor; que, como es cielo,
no esperaba yo de él sino una estrella;


mas pues cuando se cae la flor al suelo
muestra que el fruto viene ya tras ella,
ver que te vi caer me da consuelo.