Las tres musas últimas castellanas 051

Soneto amoroso

(Las tres musas últimas castellanas)

de Francisco de Quevedo


Soñé que el brazo de rigor armado,
Filis, alzaba contra el alma mía,
diciendo: «Este será el postrero día
que ponga fin a tu vivir cansado».


Y que luego, con golpe acelerado,
me dabas muerte en sombra de alegría,
y yo, triste, al infierno me partía,
viéndome ya del cielo desterrado.


Partí sin ver el rostro amado y bello;
mas despertose de este sueño un llanto,
ronca la voz, y crespo mi cabello.


Y lo que más en esto me dio espanto
es ver que fuese sueño algo de aquello
que me pudiera dar tormento tanto.