Las tres musas últimas castellanas 024
Miro este monte que envejece enero,
y cana miro caducar con nieve
su cumbre que, aterido, oscuro y breve,
la mira el sol, que la pintó primero.
Veo que en muchas partes, lisonjero,
o regala sus hielos, o los bebe;
que, agradecido a su piedad, se mueve
el músico cristal libre y parlero.
Mas en los Alpes de tu pecho airado,
no miro que tus ojos a los míos
regalen, siendo fuego, el hielo amado.
Mi propia llama multiplica fríos,
y en mis cenizas mismas ardo helado,
envidiando la dicha de estos ríos.