Las tres musas últimas castellanas 018
Tú, princesa bellísima del día,
de las sombras nocturnas triunfadora,
oro risueño y púrpura pintora,
del aire melancólico alegría;
pues del sol que te sigue y que te envía
eres flagrante y rica embajadora;
pues por ennoblecerte llamé Aurora
la hermosa sin igual zagala mía,
ya que la noche me privó de vella,
y esquiva mis dos ojos, piadosa,
entretenme su imagen en tu estrella.
Niégale al sol las horas; no envidiosa
su llama, que tus luces atropella,
esconde en ti su ardiente nieve y rosa.