Las tres musas últimas castellanas 008

A una fuente en que salió a mirarse Lísida

(Las tres musas últimas castellanas)

de Francisco de Quevedo


Fuente risueña y pura (que a ser río
de las dos urnas de mi vista aprendes,
pues que te precipitas y desciendes
de los ojos que en lágrimas te envío),


si en mentido cristal te prende el frío,
en mi llanto por Lísida te enciendes,
y siempre ingrata a mi dolor atiendes,
siendo el caudal con que te aumentas mío;


tú de su imagen eres siempre avara,
yo prodigo de llanto a tus corrientes,
y a Lísida de la alma y fe más rara.


Amargos, sordos, turbios, inclementes
juzgué los mares, no la amena y clara
agua risueña y dulce de las fuentes.