Las señas
de Juan Bautista Arriaza


Perdí mi corazón, ¿le habéis hallado   
ninfas del valle en que pensando vivo?   
Ayer andando solo y pensativo,   
suspirando mi amor por este prado,   
 

él huyó de mi pecho desolado
como el rayo veloz, y tan esquivo,   
que yo grité: »¡Detente, fugitivo!»   
y ya no le vi más por ningún lado.   
 

Si no lo conocéis, como en un ara,   
arde en él una hoguera, y cruda herida 
por víctima de Silvia lo declara.   
 

Dadle por vuestro bien, que esa homicida   
le hizo tan infeliz, que adonde para   
mi corazón, ya no hay placer ni vida.