Las piedras
Esta mañana bajé a las piedras, oh las piedras! Y motivé y troquelé un pugilato de piedras. Madre nuestra, si mis pasos en el mundo hacen dolor, es que son los fogonazos de un absurdo amanecer. Las piedras no ofenden; nada codician. Tan sólo piden amor a todos, y piden amor aun a la Nada. Y si algunas. de ellas se van cabizbajas, o van avergonzadas, es que algo de humano harán... Mas, no falta quien a alguna por puro gusto golpee. Tal, blanca piedra es la luna que voló de un puntapié... Madre nuestra, esta mañana me he corrido con las hiedras, al ver la azul caravana de las piedras, de las piedras, de las piedras...
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