Las mil y una noches:369
PERO CUANDO LLEGÓ LA 373ª NOCHE
editarElla dijo:
.. Entonces la madre de Hassib corrió a sacar de la maleta, donde la había guardado con sus alhajas, la hojita de papel, único legado del sabio Danial, y fue a entregársela a Hassib, que la cogió y la desenrolló.
Y leyó en ella estas sencillas palabras: "Toda ciencia es vana, porque llegaron los tiempos en que el Elegido de Alah indicará a los hombres las fuentes de la sabiduría. ¡Se llamará Mohammed! ¡Con él y con sus compañeros y con sus creyentes sean la paz y la bendición hasta la extinción de las edades!"
Y tal es ¡oh rey afortunado! -continuó Schehrazada- la historia de Hassib, hijo de Danial, y de la reina Yamlika, princesa subterránea. ¡Pero Alah es más sabio!
Cuando Schehrazada hubo acabado de contar esta historia extraordinaria, el rey Schahriar exclamó de repente:
"Siento que me invade el alma un gran fastidio, Schehrazada. ¡Y ten cuidado, porque como esto continúe, me parece que mañana por la mañana estará por un lado tu cabeza y tu cuerpo por el otro!"
Al oír estas palabras, la pequeña Doniazada, compungida, se acurrucó más aún en la alfombra, y Schehrazada contestó sin inmutarse: "En ese caso ¡oh rey afortunado! voy a contarte una o dos historias cortas, lo preciso para pasar el resto de la noche. ¡Al fin y al cabo, Alah es el Omnisciente!"
Y preguntó el rey Schahriar: "¿Pero cómo vas a arreglarte para: encontrar una historia que sea breve y divertida a la vez?" Schehrazada sonrió, y dijo: "Precisamente ¡oh rey afortunado! esas historias son las que mejor conozco. Voy, pues, a contarte al instante una o dos anécdotas entresacadas del PARTERRE FLORIDO DEL INGENIO y del JARDÍN DE LA GALANTERÍA. ¡Y después quiero que me cortes la cabeza!"
Y dijo en seguida: