Las mil y una noches:279

Las mil y una noches - Tomo II
de Anónimo
Capítulo 279: Pero cuando llegó la 286ª noche



PERO CUANDO LLEGO LA 286ª NOCHE

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Ella dijo:

... El sabio continuó: "¡Háblame de las diversas clases de fuego!"

Ella contestó: "¡Hay un fuego que come y no bebe: el fuego del mundo; un fuego que come y bebe: el fuego del infierno; un fuego que bebe y no come: el fuego del sol; por último, un fuego que no come ni bebe: el fuego de la luna!"

"¿Cuál es la clave de este enigma?”Cuando bebo mana de mis labios la elocuencia, y camino y hablo sin hacer ruido. ¡Y sin embargo, a pesar de estas cualidades, no tengo honores en mi vida, y después de mi muerte no me llora nadie!"

Ella contestó: "¡La pluma!"

"¿Y la clave de este otro enigma?”Soy pájaro, pero no tengo carne, ni sangre, ni plumas, ni plumón; me comen asado, o cocido o al natural, y es muy difícil saber si estoy vivo o muerto; en cuanto a mi color, es de plata y oro".

Ella contestó: "En verdad que tienes ganas de emplear palabras excesivas para hacerme saber que se trata del huevo. ¡Procura preguntarme algo más difícil!"

El preguntó: "¿Cuántas palabras dijo en total Alah a Moisés?" Ella contestó: "¡Alah dijo a Moisés, exactamente, mil quinientas palabras!"

El preguntó: "¿Cuál es el origen de la Creación?"

Ella dijo: "Alah hizo a Adán con barro seco; el barro se formó con espuma; la espuma se sacó del mar; el mar de las tinieblas; las tinieblas de la luz; la luz de un monstruo marino; el monstruo marino de un rubí; el rubí de una roca; la roca del agua; y el agua fué creada por la palabra omnipotente: "¡Sea!"

"¿Y la clave de este otro enigma?”Como sin tener boca ni vientre, y me nutro de árboles y animales. ¡Los alimentos solos prolongan mi vida, en tanto que cualquier bebida me mata!"

"¡El fuego!"

"¿Y la clave de este enigma?”Son dos amigos que jamás gozaron, aunque pasan todas sus noches uno en brazos de otro. ¡Son los guardianes de la casa, y sólo se separan al llegar la mañana!"

"¡Las dos hojas de una puerta!" -

"¿Qué significa lo que voy a decirte?”¡Arrastro largas colas tras de mí, tengo una oreja para no oír nada y hago trajes para no llevarlos nunca!"

"¡La aguja!"

“¿Cuáles son la longitud y la anchura del puente Sirat?"

"La longitud del puente Sirat, por el cual deben pasar todos los hombres el día de la Resurrección, es de tres mil años de camino, mil para subir a él, mil para atravesar su parte plana y mil para bajar de él. ¡Es más escarpado que un corte de sierra y más estrecho que un cabello!".

Preguntó él: "¿Puedes decirme ahora cuántas veces tiene derecho a interceder por cada creyente el Profeta? (¡Con él la plegaria y la paz!)”

Ella contestó: "¡Ni más ni menos de tres veces!" "¿Quién abrazó primero la fe del Islam?" "¡Abubekr!" "Entonces, ¿no crees que fué musulmán Alí antes que Abubekr?"

"Alí, por gracia del Altísimo, no fué jamás idólatra, porque desde la edad de siete años Alah le hizo seguir el camino más recto, iluminando su corazón y dotándolo de la fe de Mohamed. (¡Con él la plegaria y la paz!)"

"¡Sí! Pero yo quisiera saber cuál de los dos, entre Alí y Abbas, reúne mayores méritos a tus ojos".

Ante esta pregunta, con exceso insidiosa, advirtió Simpatía que el sabio trataba de arrancarle una respuesta comprometedora; porque si daba la preeminencia a Alí, yerno del Profeta, disgustaría al califa, que era descendiente de Abbas, tío de Mohamed. (¡Con él la plegaria y la paz!). Primero enrojeció, luego palideció, y tras un instante de reflexión, repuso:

"¡Sabe, ¡oh Ibrahim! que no hay ninguna preeminencia entre dos cuando cada cual de ellos tiene un mérito excelente!"

No bien el califa hubo oído esta respuesta, llegó al límite del entusiasmo, e irguiéndose sobre ambos pies, exclamó: "¡Por el Señor de la Kaaba! ¡Es admirable tal respuesta, oh Simpatía!"

Pero el sabio continuó: "¿Puedes decirme de que trata este enigma?”¡Es esbelta y tierna y de sabor delicioso; es derecha como la lanza, pero no tiene hierro agudo; es útil por su dulzura, y se come con gusto por la noche en el mes de Ramadán!"

Ella contestó: "¡De la caña de azúcar!"

Dijo él: "Todavía tengo que dirigirte algunas preguntas, y voy a hacerlo rápidamente. Puedes decirme en pocas palabras: ¿Qué hay más dulce que la miel? ¿Qué hay más cortante que el hacha? ¿Qué hay más rápido que el veneno en sus efectos? ¿Cuál es el goce de un instante? ¿Cuál es la felicidad que dura tres días? ¿Cuál es el día más dichoso? ¿Cuál es el regocijo de una semana? ¿Cuál es el suplicio que nos persigue hasta la tumba? ¿Cuál es la alegría del corazón? ¿Cuál es el sufrimiento del espíritu? ¿Cuál es la desolación de la vida? ¿Cuál es el mal que no tiene remedio? ¿Cuál es la vergüenza que no puede borrarse? ¿Cuál es el animal que vive en los lugares desiertos y habita lejos de las ciudades, huyendo del hambre, y reúne la naturaleza de otros siete animales?"

Ella contestó: "¡Antes de hablar, deseo que me entregues tu manto!”

Entonces el califa Harún Al-Raschid dijo a Simpatía: "Sin duda tienes razón. Pero ¿no convendría más que, por consideración a su edad, contestases primero a sus preguntas?"

Y dijo ella: "¡El amor de los niños es más dulce que la miel! ¡La lengua es más cortante que el hacha! ¡El mal de ojo es más rápido que el veneno! ¡El goce del amor sólo dura un instante! ¡La felicidad que dura tres días es la que experimenta el marido en las épocas menstruales de su esposa, porque entonces él descansa! ¡El día más dichoso es el de ganancia de un negocio! ¡El regocijo que dura una semana es el de la boda! ¡La deuda que ha de pagar toda persona es la muerte! ¡La mala conducta de los hijos es la pena que nos persigue hasta la tumba! ¡La alegría del corazón es la mujer sumisa para con el esposo! ¡El sufrimiento del espíritu es un sirviente malo! ¡La pobreza es la desolación de la vida! ¡El mal carácter es el mal sin remedio! ¡La vergüenza imborrable es el deshonor de una hija! ¡En cuanto al animal que vive en los lugares desiertos y detesta al hombre, es el saltamontes, que reúne la naturaleza de otros siete animales: tiene, efectivamente, cabeza de caballo, cuello de toro, alas de águila, pies de camello, cola de serpiente, vientre de escorpión y cuernos de gacela!"

Ante tanta sagacidad y saber, el califa Harún Al-Raschid se sintió en extremo deificado, y ordenó al sabio Ibrahim ben-Sayar que diera su manto a la adolescente. Después de haberla entregado su manto, levantó la mano derecha el sabio, y manifestó en público que la joven habíale superado en conocimientos y que era la maravilla entre las maravillas del siglo.

Entonces preguntó el califa a Simpatía: "¿Sabes tocar instrumentos armónicos y cantar acompañándote?" Ella contestó: "¡Sí, por cierto!" Inmediatamente hizo traer un laúd en un estuche de raso rojo, rematado con una borla de seda amarilla y cerrado con un broche de oro. Simpatía sacó del estuche el laúd, y leyó en él estos versos grabados como orla con caracteres enlazados y floridos:

¡Era yo todavía una rama verde, y ya enseñábanme canciones las aves enamoradas!

¡En las rodillas de las jóvenes, ahora resueno bajo los dedos y canto cual las aves!

Entonces la apoyó ella contra sí, inclinose como una madre sobre su hijo, sacó del instrumento acordes de doce maneras distintas, y en medio del entusiasmo general cantó con una voz que hubo de repercutir en todos los corazones y arrancar lágrimas de emoción en los ojos todos.

Cuando acabó ella, irguiose sobre ambos pies el califa, y exclamó: "¡Aumente en ti sus dones Alah, ¡oh Simpatía! y tenga en su misericordia a quienes fueron tus maestros y a los autores de tus días!" Y acto seguido hizo contar diez mil dinares de oro en cien sacos para Abul- Hassán, y dijo a Simpatía:

"Dime, ¡oh maravillosa adolescente! ¿Prefieres entrar en mi harem y tener un palacio y tren de casa para ti sola, o bien prefieres volver con este joven, tu antiguo amo?"

A estas palabras, Simpatía besó la tierra entre las manos del califa...

En este momento de su narración, Schehrazada vió aparecer la mañana, y se calló discretamente.


Aclaración

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El traductor une en este capítulo las noches 285 y 286.