El nombre de Kilme[1] y su origen se prestan a muchas derivaciones; pero la más racional, y a la que se sujetarán futuras investigaciones, sería la siguiente: KIL, partícula pronominal de pluralidad, y me, radical de origen étnico.

Si se acepta que así sea, entonces ha de estudiarse este prefijo comparándolo con el "Kil" de igual clase, propio del idioma "Lengua Mascoy" en el Chaco paraguayo, a que pertenecen las voces Kil-ana, Kil-nawa y Kilwana[2], fuera de una infinidad de otros vocablos. También se parangonarán los Kil-wasas[3] y posiblemente los Keran-dis (kelandí) del Chaco y Pampa; todo lo cual podría llegar a indicar un abolengo algo Guaycurú (Gua-ya-cu-rú).

Se escribe Kilme con K y no con Qu porque así conviene por lo que sería el alfabeto propio del idioma; los nombres "Kilme" y "Quilme" leídos parecen propios de dos, dichos, sonarían como de una y la misma nación: para los efectos de estudios de etnología comparada la forma Quilme con Qu desdista, desde luego se descarta aquí.

Escríbase como se quiera el tal apelativo de la nación Kilme, la verdad es, que la historia de estos Indios empieza para nosotros el día del año 1558 en que el capitán Juan Pérez de Zurita fundó su ciudad de la nueva Londres en su "Provincia de Nueva Inglaterra" y en su asiento del río situado a medio camino entre las cumbres del cerro Ancona y del Famatina.

Este río de Kil-me-vil, que aun conserva su nombre, y afluente del río de Fama-y-fil, o Fama-y-vil, hoy llamado de Belén, se halla a medio camino entre los nevados picachos ya nombrados, con una Villa de Londres, ahora como en aquel entonces, regada por el río Kil-me-vil.

Esta historia abigarrada así iniciada perdura a través de todo un siglo, con sus guerras, sus asedios, sus migraciones, sus triunfos y sus descalabros, hasta que en el gran alzamiento de 1658, capitaneado por el "falso inca" Pedro Bohorquez y en su nuevo apostadero de las juntas de los ríos Yocavil y Kalchakí, fueron vencidos por el gobernador Alonso de Mercado Y Villacorta; pocos años después fueron expatriados a los bañados de su nuevo asiento en las orillas del Plata, a que dieron su nombre de "Kilmes"; hállase este punto a medio camino entre las dos ciudades de Buenos Aires y de La Plata, y así como en 1558 los "Kilmes" hospedaron a la nueva ciudad de la Nueva Londres en la Nueva Inglaterra, así también es "Kilmes" uno de los asientos favoritos de la gran colonia británica.

¿Y los pobres Kilmes donde están?

Al Presbítero Sr. M. T. Sanguinetti, de nuestra parroquia de la Merced, debo este dato significativo. El año 1686 el Administrador del Pueblo de Santa Cruz de los Kilmes, D. Juan de Ceballos, escribe al Rey haciendo varios pedidos que favorecían a los indios de esta reducción y entre otras cosas ésta: que prohiba se saque de dicha reducción muchachos y muchachas para servir en la ciudad de Buenos Ayres. Causa que mucho ayudaría entre tantas otras a la posterior despoblación.

En estos años en que se celebra el triunfo del "Derecho sobre la fuerza", que se han cantado por el autor de Lummis las glorias "De la raza» en el suelo americano, y se han comentado en estos días con todos los entusiasmos propios del "Día de la misma raza", ¿habrá habido quien se acuerde de los pobre Indios Kilmes, campeones en pro de la libertad de sus personas y de su propio suelo durante cien años de la más constante, dura y cruel lucha y con tan desastroso fin?

Ya se ve:

       Pintar es como querer
       Y no fué "Kilmes" el pintor

Notas al pie

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  1. Se escribe Kilme y no Quilme porque Qu responde a una ortografía castellana, que nunca pudo ser la india.
  2. Kilana, la mujer; Kilnawa, el macho; Kilwana, la hembra
  3. De otro modo Kiloasas
Las migraciones de los Kilmes. La historia de las mismas: Preliminar