Las luces do el amor su fuerza apura
Las luces do el amor su fuerza apura con el sereno ardor de sus centellas; el oro crespo, en mil sortijas bellas de rayos coronado, y llama pura; las palabras vestidas de dulzura, que la armonía celestial en ellas parece, el pecho duro a mis querellas, la mano que a la nieve vuelve oscura, son causa del tormento y dolor mío, con muchas que callando siento y veo, y no me valen en mi esquiva suerte. En su dureza sólo el bien confío; porque a vana esperanza y gran deseo no se debe pedir sino la muerte.