Las cabras y los chivos (Samaniego)
FÁBULA XIX.
LAS CABRAS Y LOS CHIVOS.
Desde antaño en el mundo
Reina el vano deseo
De parecer iguales
A los grandes señores los plebeyos.
Las Cabras alcanzaron
Que Júpiter excelso
Les diese barba larga
Para su autoridad y su respeto.
Indignados los Chivos
De que su privilegio
Se extendiése á las Cabras,
Lampiñas con razon en aquel tiempo,
Sucedió la discordia
Y los amargos celos
A la paz octaviana
Con que fué gobernado el barbon pueblo.
Júpiter dijo entonces,
Acudiendo al remedio:
«¿Qué importa que las Cabras
Disfruten un adorno propio vuestro,
Si es mayor ignominia
De su vano deseo,
Siempre que no igualaren
En fuerzas y valor á vuestro cuerpo? »
El mérito aparente
Es digno de desprecio;
La virtud solamente
Es del hombre el ornato verdadero,