La vuelta del que no marcha
La vuelta del que no marcha.
— Diga V. , portero, ¿está el conde en casa?
— No está, señorito.
— Tengo precisión de hablarle; ¿se sabe á qué hora volverá?
— ¡Ah! señorito, cuando su escelencia manda decir que no está en casa, no se sabe á qué hora vuelve.