La viva llama dais y luz ardiente

​La viva llama dais y luz ardiente​ de Fernando de Herrera


 La viva llama dais y luz ardiente   
 del rosado esplendor y faz serena,   
 la gracia y risa eterna, de amor llena,   
 a Venus bella, a Faetón luciente;   
 	

 al cielo el que vos dio valor presente,  
 la suave armonía que resuena   
 en vuestra dulce boca a su sirena,   
 el olor, perlas y oro al Oriente;   
 

 la mano y color lúcido al aurora,   
 las flechas al Amor, que en mí herido 
 pecho gasta cruel con ardor ciego;   
 

 a mi triste vos place dar, Señora,   
 sólo esquivo desdén, ingrato olvido,   
 que en nuestro hielo encienden mi impío fuego.