La vida en el campo (Argensola)

La vida en el campo
de Lupercio Leonardo de Argensola
   Lleva tras sí los pámpanos otubre,
y con las grandes lluvias, insolente,
no sufre Ibero márgenes ni puente,
mas antes los vecinos campos cubre.

    Moncayo, como suele, ya descubre
coronada la nieve la alta frente,
y el sol apenas vemos en Oriente
cuando la opaca tierra nos lo encubre.

    Sienten el mar y selvas ya la saña
del Aquilón, y encierra su bramido
gente en el puerto y gente en la cabaña.

   Y Fabio, en el umbral de Tais tendido,
con vergonzosas lágrimas lo baña,
debiéndolas al tiempo que ha perdido.