La vida de Rubén Darío: XLIX

Fui, como queda dicho, cierto día, a la redacción del diario. Acababa de pasar la terrible guerra de España con los Estados Unidos. Conversando, Julio Piquet me informó de que La Nación deseaba enviar un redactor a España, para que escribiese sobre la situación en que había quedado la madre patria. «Estamos pensando en quién puede ir», me dijo. Le contestó inmediatamente. «¡Yo!». Fuimos juntos a hablar con el señor de Vedia y con el director. Se arregló todo en seguida. «¿Cuándo quiere usted partir?», me dijo el administrador. «¿Cuándo sale el primer vapor?» «Pasado mañana». -«¡Pues me embarcaré pasado mañana!».

Dos días después iba yo navegando con rumbo a Europa. Era el 3 de diciembre de 1898. En esta travesía no aconteció nada de particular, solamente algo que me da motivo para una rectificación. Recorriendo mi libro España Contemporánea veo que el episodio del capitán Andrews aconteció en este viaje y no anteriormente, como por explicable confusión de fecha -repito que no me valgo para estos recuerdos sino de mi memoria- lo he hecho aparecer.