Poned'
nuevas guardas a la infanta.
Dad un garrote a Josefo.
No quede mozo ni viejo
de la estirpe real y santa
del rey profeta con vida.
Ponga esto en ejecución
esa romana legión
en mi guarda apercebida.
Mi vida importa su fin;
muera también el senado
de los setenta que han dado
tanta fama al sanhedrín.
No quede hombre en Israel
que sangre de David tenga.
Aunque fama a alcanzar venga
a Herodes del más crüel
que vio el mundo, no haya hombre
que en el siglo venidero
si un rey quiere pintar fiero
no le atribuya mi nombre.
Sangre mi rabia derrame,
que en ella mi reino fundo.
Quien cruel fuere en el mundo
Herodes desde hoy se llame.
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